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Estados Unidos se inventa una excusa para no invitar a Sánchez a las reuniones

Las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y España traen de cabeza al presidente desde que quiso escenificar aquel encuentro bochornoso en los pasillos de la cumbre de la OTAN.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

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Andrea Jiménez

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Sánchez siempre pensó que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca le abriría la puerta a mejorar las relaciones de España con Estados Unidos, pero aquel infame paseíllo en los pasillos de una cumbre de la OTAN, orquestado por Iván Redondo, dejó en evidencia que al presidente estadounidense le importa poco o nada lo que piense o haga su homólogo español.

Un ninguneo constante que se ha visto acrecentado con la llegada de la guerra en Ucrania, donde Sánchez se ha visto excluido sistemáticamente de los encuentros al más alto nivel. España no ha estado en ninguna de las reuniones telemáticas que Biden ha mantenido en las últimas semanas con los principales líderes mundiales y para justificarse, la administración estadounidense se ha buscado una excusa: "España no forma parte del G7".

Lo ha dicho la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, en una entrevista en Cope, donde ha mostrado su versión más diplomática para asegurar que las relaciones bilaterales entre ambos países son "extraordinarias", pese a los ninguneos constantes.

De hecho, que España no forme parte del G7, formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, no es más que una excusa pues nuestro país ha sido invitado en otras ocasiones a las reuniones de las grandes potencias, como ocurrió en 2019, cuando Sánchez, que por aquellos entonces gobernaba sin Podemos fue invitado por Macron a un encuentro celebrado en Biarritz. Y es que la presencia de los morados en el Gobierno, es lo que realmente incomoda en las altas esferas americanas.

De hecho, pese a que representantes de la administración Biden han tenido encuentros con Nicolás Maduro en Venezuela para llegar a acuerdos relacionados con el petróleo, la embajadora ha dejado claro que "las sanciones a Venezuela continuan y no ha habido cambios nuestra posición". "Es importante que Maduro y su gobierno participen de forma inmediata con la oposicion venezolana en un dialogo constructivo", ha zanjado.

El giro del Sáhara

Por otra parte, sobre el giro en la posición que ha tomado el Gobierno español en la cuestión del Sáhara Occidental, Reynoso no ha querido entrar en ello porque son "posturas internas" que no tiene que valorar, pero sí ha recordado que Estados Unidos apoya el rol de las Naciones Unidas en el Sáhara, aunque, eso sí, ha indicado que la posición del Gobierno marroquí, sobre la que ahora pivota la española, es un plan que "ha de ser considerado".

Aun así, ha señalado que la visita de la subsecretaria de Estados Unidos, Wendy Sherman, a Marruecos a inicios de este mes no ha influido en el giro que ha tomado España sobre el Sáhara porque su país "no dicta ni da instrucciones" de qué postura tienen que tomar los gobiernos en temas internos.

Sin embargo, pese a que la embajadora lo considera un tema interno, no es un asunto menor, pues las posición de Estados Unidos sobre el Sáhara, respaldando a Marruecos, supuso un antes y un después para Mohamed VI, que se vió con garantías suficientes como para poner a España en un brete y enfrentarla a su propia debilidad.

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