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Objetivo en el PSOE: “esconder” a Sánchez porque moviliza votos para el PP

En el PSOE cunde el desánimo al contemplar las expectativas electorales en Castilla y León y se teme que sea la antesala de otro varapalo en Andalucía.

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez

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“Estamos en manos de Pedro [Sánchez], para bien y para mal”. El diagnóstico se oye en los círculos socialistas. Se palpa el vértigo de la imparable cuesta abajo. El PSOE, que hace apenas dos años se presentaba “imbatible”, sobre todo gracias a la división del centro-derecha, vive en vilo a día de hoy. Los reveses electorales ganan enteros.

Pedro Sánchez ha exigido tiempo y su guardia pretoriana defiende que llegarán a las futuras generales tras “un gran triunfo” en las municipales y autonómicas de 2023. Pero comentarios como “En La Moncloa viven en una nube” son cada vez más comunes a diestro y siniestro en el socialismo.

Ningún mandatario socialista, en ningún territorio, habla abiertamente del desgaste del presidente del Gobierno. Sin embargo, hacen encajes de bolillo para contaminarse lo menos posible con la cruda realidad nacional. En román paladino: han interiorizado el rechazo que genera el líder, al menos en una buena parte de la sociedad, hasta el punto de tomar conciencia de lo perjudicial que va siendo para sus intereses particulares.

Muestra de ello es la campaña en Castilla y León. La ajustada presencia de Sánchez le llevará a protagonizar tres mítines además de su intervención este sábado en Zamora. Nada que ver con su implicación en otras carreras autonómicas. En las catalanas del año pasado, y qué decir en las madrileñas, su asistencia fue constante. Ahora mismo, en cambio, el argumento que sale de Ferraz es que desean centrar el foco al máximo en clave regional. El despliegue de ministros sobre la región promete ser una lluvia fina.

Las consecuencias de la crisis abierta por Alberto Garzón

Luis Tudanca, cómo no, es consciente de que las fotos de visita de Pedro Sánchez no suman en su haber electoral, al contrario, movilizan gente hacia el PP. Tan es así que el PSOE de Castilla y León activó la alarma al ver el recibimiento que le dispensaron en Palencia ganaderos y agricultores durante el único acto de precampaña que contó con el presidente. Los gritos y abucheos fueron piedras contra su propio tejado y calaron en los estrategas del socialismo, que reajustaron el calendario de actos.

Fue contraproducente la crisis abierta y finalmente ganada por Alberto Garzón, como lo está siendo alistarse desde La Moncloa a la ridícula cuña pacifista de Podemos ante la amenaza de Rusia sobre Ucrania. La costalada se da por descontada, aunque busquen dulcificarla si quedan como único gran partido del bloque de izquierdas en la comunidad.

Mientras llega el día de autos, venden una imaginaria suma con los morados, Cs y la llamada “España Vaciada” como fuegos artificiales que hagan a Tudanca presidente de la Junta. Las cuentas de la lechera. Sin duda, un recurso legítimo para buscar la movilización del votante que apuesta por quedarse en su casa.

El mayor anhelo del PSOE parece ser ahora que los resultados del 13-F obliguen a un Gobierno PP-Vox para poderlo usar en el futuro contra Pablo Casado. Un pretexto más.

A tal punto llega la cosa, que cunde la indignación en Ferraz porque los tiros de cámara de las realizaciones televisivas de los actos de Sánchez muestran una ausencia total de entusiasmo de la militancia presente. Como ocurrió en el zamorano teatro Ramos Carrión. Ya se sabe: como las derrotas electorales nunca tienen dueño, el mayor anhelo del PSOE parece ser ahora que los resultados del 13-F obliguen a un Gobierno PP-Vox para poderlo usar en el futuro contra Pablo Casado. Un pretexto más.

En los corrillos socialistas también se habla, y mucho, de las consecuencias que no “parar el golpe” en Castilla y León (incluso por incomparecencia del elector) puede tener en un territorio tan emblemático para ellos como Andalucía, donde está al caer el adelanto electoral. En el PSOE andaluz contemplan tal posibilidad como una hecatombe.

Encuestas aparte, la moral de las siglas del partido del puño y la rosa está por los suelos. Y la onda expansiva, lógicamente, llega a La Moncloa. “Quedan dos años por delante”, es el burladero favorito del equipo presidencial. Ya…

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