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Sánchez se queda sin "espantajo" y enfría el PSOE: "Que esperen sentados"

Para quienes esperan crisis de Gobierno como respuesta al batacazo electoral, aseguran desde la dirección del PSOE que en Moncloa los planes son otros...

Sánchez se queda sin "espantajo" y enfría el PSOE: "Que esperen sentados"

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Los 58 escaños que otorgan una amplísima mayoría al PP de Juan Manuel Moreno abren una nueva etapa en los dos principales partidos un año y medio antes de las elecciones generales. Para las siglas de Alberto Núñez Feijóo, quien decidió mantenerse en un discreto segundo plano y permitir saborear el triunfo en exclusiva al protagonista, Moreno, es el inicio de una senda que debe continuar en las elecciones municipales y autonómicas, dentro de un año y culminar con la llegada al poder de Feijóo, ya en 2024.

Ese es el guión que está sobre la mesa de los populares, aunque uno de sus dirigentes confiesa a ESdiario que en el caso de Andalucía, Moreno, tras casi cuatro años de gobierno, ha logrado una aceptación entre el electorado muy superior a la de la propia marca PP.

Según fuentes de la cúpula popular, el flamante ganador del 19-J está 7 puntos por encima de la marca PP. Ese es parte del secreto de su éxito, que permite a Feijóo repetir -con hechos que le avalan- el mantra: “quiero gobernar en solitario”.

Juanma Moreno, tras su arrolladora victoria electoral recibiendo el cariño de sus militantes.

El reto ahora es conseguirlo, pero, en un momento en el que escasean las mayorías absolutas, la realidad indica que es posible. Andalucía y Juanma Moreno lo han hecho posible. Hacia esa meta van a poner la proa en el PP, dejando que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se desgaste a golpe de subida del recibo de la luz, de la cesta de la compra o de alguna de sus hipotecas con los socios de gobierno y parlamentarios.

Que nadie se llame a engaño, que hoy no ha habido una palabra más alta que otra en la Ejecutiva socialista.

Saben en el PP que Sánchez agotará la legislatura y presidirá el último semestre de 2023 la Unión Europea, por eso ahora el dilema en Génova 13 es acertar con el momento de empezar a pedirle un adelanto electoral, que saben que el presidente del Gobierno no tiene intención de conceder, pero que a Feijóo y su entorno le puede servir para crear un ambiente de “necesidad” que el Gobierno cambie de manos y generar una expectativa de cambio.

No está el político gallego por la labor de empezar con la exigencia de que se celebren unos nuevos comicios, por no convertir el reclamo en irrelevante por reiterativo, pero sabe que, llegado el momento, habrá un punto de no retorno y su mano tendida y disposición al diálogo mutará en una suerte de “Váyase, señor Sánchez”.

Sánchez se ha volcado con Espadas durante toda la campaña. Pero tras el desastre ha desaparecido.

Por su parte, en el PSOE, Pedro Sánchez va a tener que echar mano de su Manual de Resistencia para soportar lo que le queda de legislatura. El PSOE andaluz ha pagado su propia guerra interna, pero también la política de alianzas del líder desde Moncloa.

Que nadie se llame a engaño, que hoy no ha habido una palabra más alta que otra en la Ejecutiva socialista. Si de algo se ocupó Sánchez, tras su retorno a la Secretaría General de la que había tenido que salir de mala manera, es de cincelar un nuevo PSOE presidencialista, con pocas ganas y menos capacidad de pasar de nuevo a cuchillo al líder.

Para quienes esperan crisis de Gobierno como respuesta al batacazo, aseguran desde la dirección del PSOE, que “esperen sentados” porque no será  en este momento

Los socialistas temían el mal resultado de este domingo -peor incluso que el obtenido, que resulta ser el peor en la historia del PSOE andaluz, que ha perdido por primera vez en su historia, la hegemonía en la circunscripción de Sevilla en unas elecciones- pero sus trackings y previsiones demoscópicas no contemplaron en ningún momento la mayoría absoluta obtenida por el PP, que ha convertido a Vox y a su candidata, Macarena Olona, en irrelevantes, a pesar del aumento en dos escaños de la formación. No leyeron los mensajes de la calle.

Sánchez no tiene ya espantajo que asomar al grito de “¡que viene la ultraderecha!”. Le urge echar mano de algún otro recurso y es consciente de que la situación económica puede desangrarle poco a poco.

Para quienes esperan crisis de Gobierno como respuesta al batacazo electoral, aseguran desde la dirección del PSOE que “esperen sentados”, porque aunque no descartan que la haya, no será -insisten varios dirigentes socialistas consultados por este diario- en este momento, para que el “factor sorpresa” pierda fuelle o para que los recién llegados se abrasen en este clima de descontento económico.

Repiten desde el entorno del presidente Sánchez que Andalucía no es España ni Moreno Bonilla (cuya imagen está por encima de la marca PP) es Feijóo, aunque visto desde fuera sean dos líderes bien parecidos.

En la hoja de ruta del PSOE, el batacazo andaluz se queda en Andalucía y Pedro Sánchez seguirá gobernando, aprobando leyes y protagonizando un Debate Sobre el Estado de la Nación que su rival, Feijóo, tendrá que ver desde la tribuna de invitados, antes de encarar el periodo vacacional. A la vuelta, quién sabe qué le deparará el destino.

Para entonces, Ciudadanos será ya un cadáver en Andalucía y sus socios de Unidas Podemos seguirán en una senda descendente, propiciada por el enfrentamiento y las luchas cainitas que caracterizan a la izquierda.

Tanto es así que Sánchez tendrá que decidir si le interesa o no empujar la opción electoral que promueve la vicepresidenta Yolanda Díaz, porque, como asegura un colaborador de Sánchez: “Si no nos ayuda a llegar a sumar una mayoría de Gobierno, es mejor lanzarnos a por su electorado”.

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