Un frase de la Infanta Cristina lapida las relaciones con Felipe VI y su familia
La hermana del Rey estalla y pronuncia unas desafortunadas palabras que dejan en evidencia su compromiso con España. Su desliz cae como una bomba en Zarzuela y en Twitter, "trending topic".
Lo publica este sábado el diario madrileño El Mundo, la Infanta Cristina no pudo contenerse y ejerció su derecho a la última palabra del juicio en un pasillo antes de abandonar la sala de la Audiencia de Palma en la que se celebró el juicio del caso Nóos.
Cuenta la información que "Como si descorchara una botella de champán agitada durante todo ese tiempo, compartió sus verdaderos sentimientos al término de la última jornada lanzando una premonición que pretende cumplir a rajatabla". ¿Qué dijo la Infanta?, según el citado medio pronunció: "Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país", unas palabras que fueron escuchadas por varios testigos presenciales.
Una salida de tono que, según ha podido constatar ESdiario de fuentes próximas a la Casa Real, han sentado como una auténtica bomba en el Rey Felipe VI y en su entorno más cercano. De hecho, sus palabras se han convertido en trending topic en Twitter y las críticas son tremendas, críticas que se extienden igualmente a la Familia Real. En la Zarzuela no han pasado desapercibidas y responsabilizan a la Infanta de una nueva polémica que vuelve a golpear la imagen de la Monarquía a una semana del tradicional discurso de Nochebuena.
Al hilo de las palabras de la Infanta, el suplemento LOC, también del mencionado periódico, publica este sábado que Cristina está muy preocupada por su hijo mayor, Juan Valentín, especialmente por cómo ha digerido el proceso judicial y recuerda con amargura cómo durante su estancia en Barcelona tras el verano de 2012, su hijo pasó por un calvario con sus compañeros de clase porque le recordaban una y otra vez la situación de sus padres en el caso Nóos.
Cuenta el suplemento que Cristina de Borbón sólo tiene palabras de agradecimiento para su madre y para su hermana Elena, mientras que ni siquiera menciona a su padre o a su hermano entre sus amistades. Según relata uno de sus contactos, la infanta no esconde lo dolida que se siente por el repudio familiar: "Sabéis lo duro que es tener que pedir permiso para coger un vaso de agua en la que ha sido mi casa toda la vida?", ha llegado a comentar.
Además cuentan que se siente "abandonada" por los suyos, que tanto ella como su marido están siendo víctimas de una "tremenda injusticia" y que son las "cabezas de turco" de una suerte de complot contra la monarquía. Fuentes de su entorno más próximo han asegurado al citado diario que tanto ella como su marido Iñaki Urdangarín, siguen repitiendo hasta la saciedad que no han hecho nada malo ni tienen por qué arrepentirse.
Cristina de Borbón defiende que su marido se dedicó a prestar asesorías a empresas y a administraciones públicas a través del Instituto Nóos. "Iñaki hizo su trabajo", insiste. La Casa Real supervisó todos sus movimientos y los bendijo. Y ella no hizo "nada que no haga cualquier otro español", por irregular que fuera.