La tía del niño de la playa
El cuerpecito de Aylan Kurdi muerto en la playa, como si durmiera, ha mostrado sin filtros la verdadera crudeza del drama de los refugiados. La frase de su padre desolado lo dice todo.
Su imagen tumbado boca abajo en la playa, vestido, como si durmiera plácidamente ha dado la vuelta a los mares de Internet y ha conmocionado al mundo entero que ha tomado conciencia, a golpe de foto, de la verdadera crudeza del drama de los refugiados. Un niño de tan solo tres años, muerto en la playa, en su intento por encontrar una vida mejor, una vida sin bombas y sin destrucción y que se quedó a mitad de camino de cumplir su sueño, al igual que su hermano y su madre.
Y es que la familia del niño sirio cuyo cadáver en una playa de Turquía ha encogido el corazón a propios y extraños había estado intentando conseguir asilo en Canadá tras huir de la localidad de Kobani, en el norte de Siria y que durante meses estuvo controlada por Estado Islámico, según contó uno de sus familiares a un diario canadiense.
La foto del pequeño Aylan Kurdi, de 3 años, en la orilla de una playa de Bodrum agitó este miércoles las redes sociales, generando una ola de reacciones ante lo que se considera pasividad de los gobiernos de los países desarrollados a la hora de ayudar a los refugiados.
Su hermano de 5 años, Galip, y su madre, Rehan, de 35, también murieron después de que el barco en el que viajaban hacia Grecia volcara. Su padre, Abdulá, fue encontrado medio inconsciente y llevado al hospital cerca de Bodrum, según ha informado el diario turco Sabah.
"Escuché la noticia a las 5:00 horas de esta mañana", ha contado Teema Kurdi, hermana de Abdulá y residente en Vancouver, citada por el diario canadiense National Post. Teema fue contactada por la esposa de uno de los hermanos de Abdulá. "Había recibido una llamada de Abdulá, y todo lo que dijo fue ´mi mujer y mis dos hijos están muertos´", relató. Un padre desolado que intentó salvar a los suyos de la tragedia luchando contra los elementos y recibió el peor de los varapalos, sobrevivir a toda su familia.
Abdulá, su mujer y sus dos hijos habían realizado una solicitud de asilo con apoyo privado ante las autoridades canadienses que fue rechazada en junio por complicaciones con las solicitudes desde Turquía, aclaró Teema.
"Yo estaba intentando patrocinarles, y mis amigos y mis vecinos me ayudaron con los depósitos bancarios, pero no pudimos conseguir sacarlos y por eso se subieron en un bote", precisó. "Yo incluso les pagaba el alquiler en Turquía, pero es horrible el modo en que tratan a los sirios allí", añadió.
La familia de Abdulá estaba entre los al menos 12 refugiados, presuntamente sirios, que fallecieron intentando llegar a la isla griega de Kos después de que dos embarcaciones, en las que viajaban 23 personas, se hundieran tras partir por separado de la zona de Akyarlar, en la península de Bodrum, según un responsable naval.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que unos 160.000 refugiados e inmigrantes han llegado a Grecia por mar desde principios de año. En julio, más de 50.000 personas, en su mayoría sirias, habían llegado a Grecia, en comparación con los 43.500 que lo hicieron en todo 2014.