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La increíble aventura con final feliz del refugiado de la zancadilla

En sus carnes ha tenido que sufrir lo peor del ser humano pero también lo mejor. El hombre al que pateó Petra Laszlo con un niño en brazos ya está en España con sus hijos para ser entrenador.

La increíble aventura con final feliz del refugiado de la zancadilla

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Redacción

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Aún hay motivos para la esperanza. Esta vez la historia de una infamia tendrá final feliz y se verá culminada en España. Y es que el refugiado sirio Ousaamah Abdul Mohsen ha sacado en relucir en cuestión de sólo unos días lo peor y lo mejor del ser humano.

Desgraciadamente se hizo famoso después de que la reportera húngara Petra Laszlo le pusiera la zancadilla y le hiciera caer al suelo con su hijo de siete años en brazos. Desde entonces a este entrenador de fútbol que tuvo que huir de la guerra y del Estado Islámico se le conoce como como el refugiado de la zancadilla. Pero su historia, que ha dado la vuelta al mundo, ha dado un giro de 180 grados y ya está en España junto a sus dos hijos 18 y 7 años de edad. Atrás quedan, en Turquía, su mujer y otros dos de sus hijos, a quienes espera poder reagrupar tan pronto esté instalado en Getafe (Madrid).

Y es que el entrenador de primera división en Siria hasta que empezó la guerra, ha sido invitado a trasladarse a Getafe por el Centro de Formación de Entrenadores (CENAFE), una escuela privada que le ha ofrecido un contrato de trabajo. Con él, podrá regularizar su situación en España por la vía de Extranjería, es decir, no será jurídicamente un refugiado, sino un trabajador extranjero más, tal y como explican fuentes del ministerio de Empleo.

Con ese plan soñado, viajó desde Munich con destino a Madrid acompañado porMohamed Labrouzi, un joven de 23 años que habla árabe y a quien los responsables de CENAFE, Miguel Ángel y Conrado Galán, encomendaron la misión de encontrar a esta familia en la ciudad alemana, guiándose por el contacto facilitado por el periodista español que había publicado su historia.

De Múnich a París, de allí a Barcelona y luego a Madrid. No tienen visado pero confían en que la propuesta de contrato de trabajo y la carta de invitación sean suficiente.

Labrouzi cuenta que cuando les localizó, estaban viviendo en casa de un joven alemán que se había brindado a acogerles. Ahora, "contentos y felices", piensan en su destino español, aunque con la mirada todavía hacia atrás. Hace dos semanas, cuando se disponían a pasar desde Turquía, la familia se partió por la mitad. La mujer Oussamah, su otro hijo y su única hija tuvieron que quedarse allí.

"El hombre está muy feliz, pero le falta media familia. A ver si cuanto antes los tenemos todos aquí", dice Labrouzi, que no tuvo ninguna duda cuando le comentaron la posibilidad de ir a por los Mohsen, aunque "nunca en la vida" se habría imaginado que acabaría en una aventura así. "Vi el vídeo de la zancadilla y me llegó muchísimo. No me lo pensé dos veces. Miramos el vuelo a Múnich y me fui".

El joven no se siente un héroe, prefiere definirse como un "ser humano". "Si puedo ayudar a esta familia lo hago y no pido nada a cambio. Creo que todos deberíamos hacer lo mismo, ayudar en lo que se pueda", comentó durante un viaje en tren entre París y Barcelona en el que viajó sentado al lado del hijo pequeño de Oussamah, que se asomaba a los ´selfies´ mientras "devoraba" patatas fritas.

Quizá ya le habían contado que en Getafe le han buscado un colegio y una casa o que su alcaldesa, Sara Hernández, dio una rueda de prensa en la que aseguró que él y su familia recibirán "toda la atención que sea necesaria". Su padre, en principio, va a trabajar como entrenador y su hermano, quizá, como futbolista.

"Hay que tener algo muy en cuenta y es que Oussamah viene a sumar, es un compañero que ha huido de la guerra con su hijo y necesita ayuda. Es una persona muy formada, ha ganado dos ligas y una copa, que tiene dos idiomas y estudios superiores y tiene muchísimo que aportar. Es como cuando vino Zidane de Argelia o Ronaldo de Brasil", explicó el director de la CENAFE, Conrado Galán.

Cuando él y su hermano decidieron invitar a este entrenador a viajar a Madrid no pensaron que la medida "fuese a tener tanta repercusión": "Ahora tenemos que regularizar toda la situación y firmar el contrato, pero hay que encontrar el modo más rápido de que puedan venir también su mujer y sus hijos, refugiados en Turquía", señaló.

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