Los gestos más emotivos de Diarra y Griezmann estremecieron Wembley
Nunca antes un amistoso fue tan trascendente y nunca antes el silencio fue tan atronador. El partido entre Inglaterra y Francia fue mucho más allá del fútbol y se convirtió en símbolo.
Wembley se convirtió en símbolo de la unidad frente al terrorismo.
Lejos de amilanarse ante el terror fanático que tiñó de sangre las calles de París, este martes Wembley se convirtió en el símbolo viviente de la resistencia pacífica contra el odio y la violencia más cruel, engalanado durante toda la noche con los colores de la bandera francesa. Más de 80.000 personas unidas por medio del fútbol para plantar cara al terrorismo yihadista que acabó con la vida de 128 este viernes. Desde ese día y a pesar del aumento de la alerta por amenaza terrorista, sólo unas 100 entradas se devolvieron y por el contrario se vendieron más de 10.000, según datos de la Federación Inglesa de Fútbol. Todo para ver el amistoso entre Inglaterra y Francia que se transformó en homenaje multitudinario a las víctimas de los atentados, en mensaje de resistencia.
Entre fuertes medidas de seguridad y una nutrida presencia policial miles de personas unidas, incluidas el príncipe Guillermo de Inglaterra, el primer ministro británico, David Cameron, y el alcalde de Londres, Boris Johnson, desafiaron al miedo para lanzar un mensaje de unidad al terrorismo. Los jugadores de ambas selecciones cantaron el himno de Francia, La Marsellesa, que además se proyectó en las pantallas gigantes del estadio londinense para que todos los asistentes pudieraran entonarlo al unísono.
Emocionantes las imágenes del estadio al completo cantando a capella, formando la bandera francesa en las gradas y con carteles de paz, sí, pero más espeluznante el minuto de silencio posterior. Nunca antes un partido amistoso fue tan trascendente y nunca antes un minuto de silencio fue tan silencioso y tan estremecedor. Las caras de los jugadores franceses eran un poema, sobre todo la de Lass Diarra, cabizbajo, mirando al suelo en todo momento. La viva imagen de la desolación. Su prima murió en los atentados del viernes. Su compañero de elástica tuvo más suerte, la hermana de Griezmann se salvó, pero su cara también lo decía todo.
Y Diarra y Griezmann todavía tuvieron un gesto más. Empezaron en el banquillo pero sacaron fuerzas de flaqueza para entrar en el campo en la segunda mitad, llevándose una clamorosa ovación de la grada, que les agradeció el esfuerzo. No ganó Francia, ganó Inglaterra 2-0, pero eso era lo de menos en la noche de los gestos y los símbolos. Nunca un amistoso fue tan amistoso, nunca un partido de fútbol tan del mundo entero.
Y todo ello apenas un par de horas después de que el estadio de fútbol de Hannover fuera evacuado poco después de que se cancelara el partido amistoso entre las selecciones de Alemania y Países Bajos, al que tenía previsto acudir la canciller Angela Merkel, por precaución. Era muy importante que se celebrara, era muy importante lanzar ese mensaje de resistencia pacífica. No nos rendimos, nos negamos a vivir con miedo, parecían decir las miradas silenciosas de los miles de ciudadanos reunidos en Wembley cantando todos a una La Marsellesa una y otra vez.
Mientras tanto, en Alemania el ministro de Interior, Thomas de Maziere, explicaba que el Gobierno decidió cancelar el partido de fútbol entre las selecciones de Alemania y Holanda en Hannover tras recibir numerosa información sobre la existencia de una "amenaza concreta" en el estadio: "Ha sido una decisión extremadamente difícil".
Por su parte, Francia y Rusia han acordado coordinar sus departamentos militares y agencias de Inteligencia para combatir con eficacia al Estado Islámico. El gobierno francés sigue con sus ataques desde el domingo y las fuerzas rusas han intensificado los bombardeos contra posiciones del grupo terrorista en Siria, dentro de una nueva fase que también incluye la colaboración con Francia, miembro de la coalición internacional que lidera Estados Unidos.