La acusación de un exjefe de inteligencia conmueve a Francia
El primer ministro rechazó una lista de yihadistas franceses ofrecida por las autoridades sirias cuando era ministro de Interior, según un alto mando de los servicios de información.
¿Pudo haberse evitado la masacre de París? La pregunta ha quedado en el aire después del bombazo informativo publicado por el semanario Valeurs Actuelles, de orientación conservadora, que asegura que el actual primer ministro francés, Manuel Valls, rechazó una lista de yihadistas franceses que operaban en Siria proporcionada por los servicios de inteligencia sirios.
La afirmación está respaldada por las declaraciones de Bernard Squarcini, exdirector de los servicios de información franceses con un largo historial en la lucha contra el terrorismo corso y etarra y que en los últimos tiempos, antes de dar el salto a la empresa privada hace unos años, se dedicó a poner el foco de sus hombres en la vigilancia de los islamistas.
La versión de Squarcini señala que la lista fue ofrecida por las autoridades de Damasco a París hace un par de años con objeto de establecer un flujo de información mutua. El Gobierno sirio había detectado un incremento de la presencia de yihadistas de procedencia francesa y quería llevar a cabo una colaboración con Francia para someterlos a vigilancia y, en la medida de lo posible, impedir que consiguieran llegar hasta Siria.
Sin embargo, Valls rechazó el ofrecimiento al considerar que no se podía intercambiar información con Siria.
El propio director del semanario, Yves de Kerdrel, que también es cronista del diario Le Figaro, lanzó su primera andanada el miércoles al desvelar parte de la exclusiva que iba a aparecer un día después a través de varias radios. De Kerdrel, una referencia mediática para la derecha francesa, reclamó explicaciones a Valls aludiendo a la posibilidad de que dicho fichero hubiera podido salvar vidas inocentes. Y más si se tiene en cuenta que la mayor parte de los integrantes de los comandos del pasado viernes pasaron por Siria.
Por el momento el aludido guarda silencio al respecto.
Mientras tanto, Francia prosigue las medidas ligadas al estado de urgencia como la posibilidad de que los policías puedan portar su arma de reglamento durante las veincuatro horas del día.
Desde el Gobierno francés, un día después de la muerte confirmada del presunto cerebro de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, se ha manifestado la posibilidad de que otros terroristas puedan continuar en activo a la espera de asestar nuevos golpes.