El rey belga levanta ampollas en un balneario en plena alerta máxima
Ajenos al pánico de sus ciudadanos. Escándalo en Bélgica por unas fotos que pueden costarle muy caras a sus monarcas, como ya le pasó a Don Juan Carlos con la famosa foto del elefante.
Las fotos del rey Felipe en un balneario amenazan tormenta en Bélgica.
El Gobierno de Bélgica intentó este martes restarle importancia, pero tiene entre manos un escándalo de los que puede acabar pasándole factura a la Corona, como ya pasó en España con la famosa foto del elefante de Botsuana que terminó costándole a Juan Carlos I la abdicación.
Con este antecedente y a la espera de que este miércoles vea la luz oficialmente la foto del rey Felipe de Bélgica en un balneario en albornoz mientras en su país se lidiaba con la alerta máxima por terrorismo la indignación comienza a hacer mella entre la población belga. De poco parece servir que el Gobierno insista en que el Monarca "ha estado informado en todo momento" pese a su ausencia durante los peores momentos de la crisis terrorista de mediados de noviembre.
El portavoz del primer ministro belga, Charles Michel, respondió así a la polémica que ha generado la publicación en el diario satírico francés Le Canard Enchaine de una información que indica que los Reyes Felipe y Matilde pasaron en un centro de talasoterapia en Bretaña, el fin de semana del 21 y 22 de noviembre, coincidiendo con la decisión del Gobierno de elevar al nivel 4 la alerta por amenaza terrorista, lo que implica un peligro "real e inminente".
No se puede olvidar que en los atentados del 13 de noviembre en París participaron presuntamente al menos seis personas con residencia en Bélgica o con vínculos con el país, y el principal sospechoso, Saleh Abdeslam, un belga de origen marroquí y que procedía del distrito bruselense de Molenbeek, aún sigue en busca y captura internacional.
Mientras el Gobierno y el primer ministro aseguran que no está previsto informar sobre la agenda privada del rey, el diario satírico francés indica en un mensaje de la red social Twitter que Felipe "había desaparecido durante la alerta de atentado. Nosotros hemos reencontrado al rey de los belgas. Un asunto que generará revuelo". En el mismo mensaje anuncia la publicación de fotografías de Felipe en un balneario en la localidad bretona de Quiberon.
En dos de las instantáneas publicadas ya por la prensa de Bélgica se muestra al rey de los belgas junto con su esposa Matilde en albornoz leyendo un libro, mientras que otra recoge el momento en el que se toma un zumo de fruta.
Todo esto se añade a la llamativa ausencia del monarca durante los peores días de alerta en Bélgica, en los que no habló en público ni se dejó ver. Por su parte, el diario flamenco Het Nieuwsblad, indicó que las fuerzas de seguridad francesas se habría quejado de haber tenido que hacerse cargo de la seguridad del rey Felipe durante esa estancia en el centro balneario, al tiempo que publica que los reyes belgas solo regresaron a Bruselas el domingo. Asimismo, informa de que el portavoz de la Casa Real, Pierre-Emmanuel De Bauw, señaló al respecto que era "un fin de semana que se había planeado hace mucho tiempo".
Mientras la prensa belga se pregunta si la foto de Felipe terminará siendo tan grave como la de Don Juan Carlos en Botsuana, en España otro antecedente permanece en la retina de los ciudadanos. El del viaje de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, a un balneario portugués en plena crisis del Madrid Arena, donde murieron varias personas por las ilegalidades de una fiesta de Halloween que nunca se debió haber celebrado. Entonces, también se alegó que el viaje había sido planeado hacía mucho tiempo...