El cerebro de París pasó cuatro días entre matorrales tras la masacre
Abdelhamid Abaaoud se refugió bajo una cuneta de la autopista A86, a la altura de Aubervilliers, a las afueras de la capital, apenas horas después del inicio de los terribles ataques.
El belga de origen marroquí Abdelhamid Abaaoud, considerado el cerebro de los atentados yihadistas de París y la periférica Saint-Denis del pasado 13 de noviembre, se escondió cuatro días entre matorrales tras esos ataques, según ha revelado el diario Le Parisien.
Abaaoud se refugió bajo una cuneta de la autopista A86, a la altura de Aubervilliers, a las afueras de la capital, apenas horas después del inicio de los ataques, y la policía se puso tras su pista el día 16 por la tarde, gracias a un testimonio.
Los investigadores, que instalaron una cámara en la zona, reconocieron también que hasta ese escondite se acercó su prima Hasna Aitboulahcen, que murió junto con Abaaoud y un tercer hombre todavía no identificado durante el asedio policial de la madrugada del 18 en el piso de Saint-Denis en el que se habían atrincherado.
Pero un día antes, los agentes recibieron la orden de no intervenir porque Abaaoud portaba un chaleco cerrado que se temía que pudiera ir cargado de explosivos y porque la Policía pretendía que les condujeran a posibles cómplices.
El dispositivo policial dio con el apartamento al que acabaron acudiendo tras seguir al taxi en el que se montaron, que les dejó en la puerta a las 21.14 GMT del día 17, horas antes de ese asedio que acabó con tres muertos y ocho detenidos.
Le Parisien añadió que los dos comandos que atacaron la sala de conciertos Bataclan y diversos bares de París estaban en contacto con uno o varios interlocutores en Bélgica, a quienes mandaron un mensaje de texto para avisarles de que iban a iniciar los ataques.
Los policías también han descubierto que Jawad Bendaoud, el hombre que prestó su piso a los yihadistas en Saint-Denis, también estuvo en contacto diez días antes de los atentados con una línea belga, cuyo usuario salió de Bruselas el 13 y tras dirigirse a esa localidad periférica se movió por la zona de los ataques.
El diario revela igualmente que Salah Abdeslam, contra quien se ha lanzado una orden de busca y captura por su presunta participación en la matanza, presumía de ser el "décimo" yihadista implicado, y amenazó a quienes le llevaron de vuelta a Bélgica con hacer volar el coche por los aires si no le dejaban en Bruselas.
El vehículo, según el relato de una de esas dos personas, ambas arrestadas y acusadas de "asesinato terrorista y participación en actividades de una organización terrorista", fue controlado tres veces en Francia.
La policía les pidió los papeles en el segundo control, y en el tercero Abdeslam llegó a dar su verdadera dirección en el conflictivo distrito de Molenbeek, pero en ese momento el yihadista todavía no estaba siendo buscado.
El ministro belga de Justicia, Koen Geens, admitió que Abdeslam podría encontrarse en una vivienda en Molenbeek dos días después de los ataques, pero la Policía no pudo intervenir por ser de noche.