Las "mentiras" de Exteriores en el caso de los jóvenes desaparecidos en Malasia
Diez días después de su accidente con una lancha la búsqueda de Marta y de David puede sufrir un duro revés, por eso la familia no ha tenido más remedio que "buscarse la vida" y alzar la voz
La familia de Marta y de David no puede poner un pero a la labor de las autoridades de Malasia, pero si este miércoles no logran ningún avance en la búsqueda de los dos jóvenes españoles, lo más probable es que a partir de este jueves, cuando se cumplen diez días de su desaparición, las labores de búsqueda comiencen a perder intensidad y recursos logísticos para encontrarles.
En declaraciones a ESdiario Luis Miguel Calvo, el padre de Marta, lo tiene claro, todos están esperanzados en que siguen con vida porque no hay ninguna prueba de lo contrario. Salvo el motor secundario de la lancha en la que viajaban no se ha encontrado nada que pueda hacer pensar en una fatalidad: ningún objeto personal, nada flotando en el mar, ni siquiera los chalecos de supervivencia que llevaban puestos. Si algo les hubiera pasado, los equipos de rescate habrían encontrado algo, por eso la hipótesis que albergan tanto las autoridades malasias como la familia es que pueden estar en algún islote, tal vez heridos, ocultos en la selva de manera que se complicaría su localización.
Ambos eran expertos buceadores y tenían amplios conocimientos de supervivencia por lo que los que les conocen creen que podrían sobrevivir hasta ser localizados, puesto que nada se ha encontrado flotando en el agua. Hasta su profesor de buceo duda mucho que se hayan ahogado, tal como ha confesado en una carta remitida a la familia en la que asegura que ambos tenían capacidad más que suficiente para sobrevivir en el agua en caso de accidente con la lancha e incluso aventura que, con sus conocimientos, David ya se habría encargado de hacerse con lo suficiente para resistir en el islote más cercano.
Cada vez parece más claro que la excursión en lancha que hicieron Marta y David al salir de su trabajo en un resort junto a su jefe Tomy y otra persona del staff a un islote cercano se truncó, probablemente por culpa de las fuertes corrientes marinas, pero la hipótesis que más fuerza cobra es que tenían la preparación necesaria para llegar a un lugar seguro y las pruebas no demuestran lo contrario.
La frase más dura que tuvieron que escuchar los padres de Marta y David
Es por eso que Luis, roto de dolor, confiesa a ESdiario que no entiende la actitud del Gobierno español y, absolutamente indignado, denuncia las "mentiras" del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. La familia no tiene una sola queja contra las autoridades malasias ("estamos encantados con ellos"), ni con la "cónsul Meritxell", como la llama cariñosamente agradecido el padre de Marta. Pero no pasa lo mismo con el Ejecutivo español que les ha dado la espalda desde el primer momento: "Le pedimos aunque sólo fuera un avión militar para poder viajar a la zona y nos dijeron que no. El secretario del Ministerio llegó a decirnos que nos buscáramos un psicólogo de familia. La única que nos ha mantenido informados y se ha preocupado por nosotros desde el primer momento ha sido la cónsul Meritxell".
Peor aún. Luis Miguel acusa a Margallo de mentir en los medios y contar una versión que no es real: "Dijo que estaba en contacto con nosotros y es falso. Ni una sola comunicación. Lo más que hicieron fue recibirnos en un despachito, con una jarra de agua y vasos de cristal y decirnos unas palabras muy bonitas. Palabrería. Nada más. No conseguimos nada. Hasta el Gobierno filipino se ha preocupado más y ha tenido más interés en hacer algo que el español". No sólo eso, la empresa para la que trabaja la hermana pequeña de Marta llegó a pagarle el billete para que pudiera viajar hasta allí.
Por eso, la familia de Marta y de David no ha tenido más remedio que buscarse la vida para mantener la búsqueda de la pareja que se estableció en Malasia para cumplir su sueño. Si a partir de este jueves las autoridades del país reducen el nivel de búsqueda no van a tener más remedio que hacerlo ellos mismos a través de una cuenta de Crowfunding a la que se puede acceder desde este link. El tío de Marta, que es controlador aéreo, ha viajado a la zona junto al hermano de David y ambos están buscándoles con una avioneta que se tienen que pagar ellos mismos. Es una de las cosas que se tiene que financiar con el dinero que los ciudadanos solidarios están ingresando en la cuenta. Cuando aparezcan los dos jóvenes, sus seres queridos saben que lo harán, el sobrante de la cuenta se destinará a una ONG destinada a encontrar personas desaparecidas.
Frente a la desidia de las autoridades españolas, un emocionado Luis, nos cuenta cómo están reaccionando ciudadanos anónimos que le reconcilian con la solidaridad de las personas: "Una persona de Arabia Saudí me envió un mensaje para decirme que compartía nuestro dolor y que hacía un ingreso de 1.000 euros. Para mí 10 euros ya es un gran paso y nos permite seguir manteniendo la esperanza". Le duele que hasta ciudadanos de otros países se hayan implicado más que el propio Gobierno español, al que acusó de "jugar con la esperanza de una familia" y advirtió al ministro Margallo que "no nos van a callar. Nos está mintiendo en todo. Que demuestre lo que dice con una sola llamada a este móvil o al de mi mujer". Es la llamada de un padre desesperado que no está dispuesto a tirar la toalla para que sus "hijos", como llama tanto a Marta como a David, puedan proseguir con un sueño que comenzaron en enero y que les había permitido alcanzar la felicidad antes de que una corriente marina se cruzara en su camino.