"Rumores falsos" echan más misterio al confuso siniestro del avión de EgyptAir
Varios días después aún se desconocen los motivos que pudieron provocar la muerte de las 66 personas que viajaban a bordo de la nave. Al revés, cada vez es más confusa la información.
Máxima confusión en torno al siniestro del avión de EgyptAir que se cobró la vida de más de 60 personas hace unos días y de cuyo accidente aún se desconocen los motivos. El jefe de la Autoridad Forense de Egipto, Hisham Abdel Hamid, ha negado que el análisis preliminar de los restos mortales de pasajeros del vuelo MS804 de EgyptAir sugieran que se registró una explosión a bordo de la aeronave, al tiempo que ha hecho un llamamiento a no especular sobre lo sucedido, ha informado la agencia de noticias oficial egipcia MENA.
En un comunicado, Hamid ha dicho que "todo lo que se ha publicado es completamente falso" y que se trata de "conclusiones" a las que no han llegado los investigadores forenses. Por ello, ha reclamado a los medios que aborden con cautela las informaciones sobre el vuelo de EgyptAir para no causar confusión en la opinión pública con la difusión de "rumores falsos".
Las declaraciones del jefe de la Autoridad Forense egipcia llegan poco después de que un responsable forense y fuentes de la investigación aseguraran este martes a Reuters que el análisis preliminar de los restos mortales encontrados apunta a que hubo una deflagración a bordo.
"El tamaño de los restos humanos apunta a una explosión, el mayor fragmento que se ha encontrado tiene el tamaño de la palma de una mano. Algunos de los restos comenzaron a llegar el domingo en 23 bolsas", ha explicado el responsable forense.
Otro responsable forense ha dicho, sin embargo, que solo se ha recibido por el momento un pequeño número de restos y ha considerado que es demasiado pronto para establecer si hubo una explosión en pleno vuelo.
El vuelo MS804 de EgyptAir desapareció de los radares en la madrugada del 19 de mayo poco después de entrar en el espacio aéreo egipcio cuando realizaba la ruta entre París y El Cairo con 66 personas a bordo.
Las autoridades egipcias y francesas han confirmado que no hay supervivientes y que el avión se estrelló en el mar Mediterráneo pero se desconoce qué provocó la caída de la aeronave, que vino precedida por varios giros bruscos.
Los investigadores franceses sostienen que el avión envió una serie de alertas que indicaban que se había detectado humo a bordo, así como posibles fallos de ordenador justo antes de que el avión desapareciera de los radares.
Las señales no indican qué podría haber causado el fuego y los expertos en aviación sostienen que no se puede descartar ni un sabotaje ni un fallo técnico. Los investigadores confían en que los restos de la aeronave, las maletas y la ropa y los análisis químicos para detectar las huellas de una explosión, según personas que participaron en investigaciones de casos con explosiones provocadas.