El pueblo turco frena la intentona golpista tras casi tres centenares de muertos
Casi 2900 detenidos y tres centenares de fallecidos es el balance de la revuelta militar. Obama y Merkel apoyan al presidente Erdogan que tras tres horas recupera el control del país.
La última hora de la intentona de golpe en Turquía, al parecer ya fallida, después de 6 horas, ha sido la propia aparición del presidente Erdogan ante los medios de comunicación para dar por sofocado el golpe y para advertir de que "los involucrados pagarán un alto precio". A través de la televisión se pudo ver cómo los golpistas comenzaban a ser detenidos y los militares eran expulsados del canal de televisión estatal desde el que estaban controlando la información.
Durante su intervención, Erdogan dijo que habían tratado de derribar su avión con los F-16 del ejército y que bombardearon su hotel justo cuando ya había salido. Pese a ello, el presidente turco insistió en que "esto terminará bien" e hizo un llamamiento a los golpistas: "sois nuestros hijos. Es inaceptable que dirijáis vuestras armas contra padres, madres e hijos. Si apuntáis las armas al pueblo que os las dio, pagaréis las consecuencias", señaló.
Erdogan exigió que "todos aquellos que estén conduciendo tanques en la calle que regresen a sus cuarteles" y dijo que "ya han comenzado las detenciones y llegaremos hasta lo más alto", señaló en tono sereno y vestido con corbata, acompañado de varios funcionarios y frente a una imagen de Atatürk, el padre de la Turquía moderna.
Sois nuestros hijos. Es inaceptable que dirijáis vuestras armas contra padres, madres e hijos. Si apuntáis las armas al pueblo que os las dio, pagaréis las consecuencias
Con anterioridad, a través del teléfono móvil de una periodista local, Erdogan confirmó su regreso a Ankara -estaba de vacaciones con su familia en Bodrum, en el suroeste del país-, y pronosticó que la situación "se resolverá en poco tiempo", anunciando que los responsables "pagarán un alto precio ante los tribunales".
265 fallecidos
La Fiscalía de Turquía ha cifrado en 265 las personas que han muerto durante los incidentes ocasionados en Turquía durante el intento frustrado de golpe de Estado, según ha informado el diario turco Hurriyet. Los sublevados, asimismo, mataron a 17 agentes de la Policía en un ataque que tuvo lugar en la base de las fuerzas especiales del barrio de Golbasi, también en Ankara.También se ha registrado la muerte de otras dos personas en el mismo distrito.
El número de detenidos ha ascendido hasta los 2800, según ha informado la cadena CNN Turk, en la misma operación en la que Ankara ha anunciado la destitución de cinco generales y 29 coroneles relacionados supuestamente con la intentona golpista. Según la información de la cadena ha sido el Tribunal Supremo turco el que ha decidido la detención de los presuntos sublevados tras estar en contacto con distintas instancias de Justicia y militares. El número de detenidos en esta operación ha aumentado ostensiblemente después de que en una comparecencia anterior el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, anunciara la detención de 336 personas.
El relato
Mientras, gran parte de la población se echó a las calles para llenar los depósitos de gasolina de sus coches y comprar víveres por lo que pudiera ocurrir durante los próximos días. Las colas saturaron los cajeros automáticos de los bancos para retirar efectivo. Al cierre del mercado de divisas, la lira turca se desplomó en sus cruces con el euro y el dólar.
Los periodistas destinados en la zona informaron del caos que imperó en las calles de Estambul durante las horas de incertidumbre. A tal punto llegaron los disturbios que los tanques de los militares sublevados abrieron fuego contra la población en los alrededores del Parlamento turco. A su vez, desde los minaretes de las mezquitas llamaron a la manifestación de los fieles al régimen de Erdogan, que se concentraron frente al monumento a la República para celebrarle final del golpe fallido.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, llamó a la calma en Turquía hasta que la situación se aclare. Con las principales redes sociales, Twitter, Facebook y Youtube, con una "ralentización intencionada" de su servicio en el país, los turcos recurrieron a Periscope para retransmitir el asalto al aeropuerto principal de Estambul. Allí, la Policía detuvo a varios militares sublevados para intentar poner fin al levantamiento.
El respaldo de Barack Obama al "Gobierno turco democráticamente elegido" fue clave para frenar la sublevación. La población cargó en la calle contra los militares golpistas obligándoles a retroceder.