El aterrador testimonio de una española atrapada en el tiroteo de Múnich
Bea López es una joven que se encuentra apurando sus últimos días de vacaciones en Alemania, Marburg, Berlín y ahora la capital bávara en la que se ha encontrado de lleno con la tragedia.
Beatriz López, madrileña de 23 años, lleva varias semanas en Alemania de vacaciones y visitando a los amigos que hizo en Marburg, ciudad germana en la que residió algunos meses. Las vacaciones estaban tocando a su fin después de unos días felices que terminaron abruptamente en la tarde de este viernes en Múnich por culpa del joven que atentó en un centro comercial de la capital bávara.
Bea ha sido, muy a su pesar, protagonista de este ataque terrorista y ha sufrido en sus carnes el pánico de los minutos iniciales y del miedo colectivo de la gente. La joven madrileña, ya más tranquila, ha narrado a ESdiario lo vivido en la tarde del viernes, una experiencia a la que no ha dudado en calificar como “el peor día de mi vida”. “Menos mal que tardo mucho en arreglarme, soy muy lenta y eso me ha salvado por minutos… porque yo iba a ir al lugar, no paro de pensarlo, podría haber estado allí”.
Después de arreglarse y salir a la calle, nos cuanta Bea lo que ocurrió: “Iba caminando hacia el centro comercial y comencé a ver a gente correr. No sabía lo que pasaba, empezaba a escuchar sirenas de la policía y entonces empecé yo también a correr. He escuchado tres tiros y pensaba que eran de la policía”. Bea López explica a ESdiario que una vez que se alejó de la zona del atentado se “tranquilizó”, pero que poco después regresó la angustiosa sensación de miedo cuando escuchaba decir a la gente insistentemente “que había un terrorista o más todavía suelto por la ciudad”.
Iba caminando hacia el centro comercial y comencé a ver a gente correr. No sabía lo que pasaba, empezaba a escuchar sirenas de la policía y entonces empecé yo también a correr. He escuchado tres tiros
“Volví a correr. En ese momento pensé, ¿pero qué estás haciendo? ¿por qué no me he quedado en el p... hotel?”, nos comenta todavía con un evidente tono de nerviosismo en sus palabras. Bea, que regresa a España este mismo sábado, comenzó a recibir llamadas y whatsapp de familiares y amigos pero la dificultad de las comunicaciones alimentó la incertidumbre de los suyos sobre su integridad física. En este sentido uno de sus amigos, Daniel Toro que reside en la localidad germana de Marburg, nos destaca la dificultad que tuvo en comunicarse con ella cuando tuvo conocimiento de lo que estaba aconteciendo en Múnich. Finalmente ella informó, a través del Facebook, de que se encontraba bien y que estaba encerrada en su habitación del hotel.
“Cuando finalmente pude llegar al hotel, volví a ser consciente de la gravedad de la situación porque estaba cerrado como una fortaleza y el personal de recepción me abrió las puertas y me pidieron que entrase rápidamente para volver a cerrar las puertas con mucho nerviosismo”. Bea, como el resto de huéspedes, ya pasó toda la tarde y toda la noche sin salir del hotel. En las zonas comunes todos trataron de tranquilizarse charlando, tomando algo o jugando al billar. El final de su viaje ha sido una pesadilla que jamás olvidará. Afortunadamente todo ha salido bien