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Esta increíble carta de la embajadora en Alemania remata el bochorno de España

El Ministerio de Asuntos Exteriores renunció a "trabajarse" a la opinión pública germana cuando tocaba y ahora que ya no tiene remedio hace esto. El enfado en el PP con Dastis es mayúsculo.

Independentistas a las puertas de la prisión de Neumünster, donde estuvo Puigdemont.

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Enviar una carta al diario Süddeutsche Zeitung. Eso es todo lo que se le ha ocurrido hacer al Ministerio de Asuntos Exteriores después de renunciar a dar la batalla por el relato tras el arresto de Carles Puigdemont en suelo germano. Con las desastrosas consecuencias que ello ha traído a España.

La embajadora de España en Alemania, Victoria Morera, firma este lunes en el rotativo alemán un artículo en el que recuerda algo tan obvio como que España es "un Estado de derecho democrático" en el que "la justicia es independiente".

Y añade que quien viola la ley debe ser llevado a los tribunales, "independientemente de que sea un político corrupto o un político insurgente" (puede leerla íntegra aquí).

La carta de la embajadora llega cuatro días después de que el tribunal regional de Schleswig-Holstein propinara a España un varapalo sideral al descartar la rebelión en la causa contra Puigdemont. Además, este lunes se ha sabido que los tres magistrados han pedido al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena que argumente mejor la malversación, porque también sobre ese delito tienen dudas.

Y la misiva llega, sobre todo, después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores haya dejado que la opinión pública alemana y casi toda la prensa se pusieran mayoritariamente de parte de Puigdemont y el resto de golpistas. Algo que sin duda ha influido en la decisión del tribunal alemán.

En el Gobierno y en el PP hay un gran enfado con Alfonso Dastis que se dejó sentir este fin de semana en la Convención de Sevilla. Consideran que el ministro es, en buena medida, el responsable del desastre alemán.

Por más que el sábado fuera él el primero en salir a criticar la intromisión de la ministra de Justicia de Angela Merkel, que en una injerencia inusitada mostró su respaldo a la decisión de los jueces alemanes. E incluso consideró que era lo esperado.

Tras la detención de Puigdemont, Dastis prefirió no entrometerse y dejar que hablaran los tribunales. Y mientras, el independentismo organizaba manifestaciones en Alemania y hablaba a sus periodistas de "presos políticos".

El resultado es que a día de hoy la causa contra el procés está herida de gravedad y el juez Llarena trata a duras penas de sanarla.