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Un rival de Sánchez le acusa de apoyar "campos de concentración" para migrantes

La política de inmigración aceptada por el presidente del Gobierno provoca un alud de críticas brutales desde la izquierda: le acusan de respaldar campos de concentración para foráneos.

Sánchez, Madina y Tapias

Publicado por
Rafa Rodríguez

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El Aquarius fue un espejismo. O eso cree buena parte de la izquierda menos moderada de España, que pone ya en el disparadero público al Gobierno de Pedro Sánchez por respaldar la construcción de 'plataformas de desembarco' para inmigrantes.

Se trata de CIES que, bien en suelo europeo o en los países de origen, se construirían para evitar la entrada libre de migrantes, clasificándolos antes en dos categorías: los que sí pueden recibir la condición de asilado o refugiado o los que, no teniendo esa justificación, serían devueltos de nuevo a casa.

"Hablan de "plataformas de desembarco", pero quieren decir "campos de concentración". Es neolengua fascista". El contundente mensaje contra esa medida, pactada en la Unión Europea con el visto bueno de un Sánchez que además acogerá a los inmigrantes que hayan llegado a Alemania pasando por España, no pertenece a cualquiera.

Un histórico

Su autor es nada menos José Antonio Pérez Tapias, histórico dirigente del PSOE que llegó a pugnar por su secretaría general en unas Primarias en las que compitió contra el propio Sánchez y contra Eduardo Madina en el año 2014.

La reacción de Tapias, referente de Izquierda Socialista que abandonó el PSOE por discrepancias con la dirección, coincide en lo sustantivo con la del principal socio de Pedro Sánchez. Y es que Podemos piensa exactamente igual, como resume otro demoledor mensaje de su eurodiputado Miguel Urbán:

La polémica está servida y no dejará de crecer. El pacto por la inmigración puede ser al final uno de los frentes más controvertidos para el Gobierno socialista, atrapado entre dos fuegos: los que le reprochan que España pueda convertirse en un imán por hacerle un favor a Merkel y los que piensan que, en realidad, la postura del Ejecutivo es justo la contraria: poner barreras inhumanas con la construcción de campos.