Brutal atentado en Kabul a cinco días de que expire el plazo de evacuación
Hay civiles -incluidos niños- y soldados estadounidenses entre las víctimas, al menos 11. Las primeras hipótesis apuntan a un atentado suicida. Afganistán es un polvorín.
El aeropuerto de Kabul, desde el que han salido unas 100.000 personas de Afganistán tras la toma de la ciudad por parte de los talibán, este jueves ha registrado en sus inmediaciones una potente explosión que ha dejado decenas de víctimas. Mas de una decena de personas han muerto, según los primeros recuentos no oficiales.
Ha sido un "complejo ataque", en palabras del Pentágono, que se ha replicado en un hotel también cerca del aeródromo y que, según las primeras sospechas, lleva el sello de la filial de Estado Islámico.
Los hechos han tenido lugar a última hora de la tarde. En las inmediaciones de la puerta Abbey Gate, uno de los principales puntos de acceso al Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, un terrorista ha detonado la carga explosiva que portaba en plena multitud, toda vez que cientos de personas seguían este jueves junto al aeródromo a pesar de los reiterados avisos de un atentado inminente.
El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, ha confirmado "víctimas estadounidenses y civiles" en lo que ha descrito como un "complejo ataque". También ha informado en Twitter de una segunda explosión en el cercano Hotel Baron.
La ONG Emergency, que gestiona un hospital en la zona, ha cifrado en seis muertos y 60 heridos la cifra provisional de víctimas, aunque fuentes talibán citadas por las cadenas BBC y Al Yazira elevan el balance de fallecidos por encima de la decena. Fuentes médicas han asegurado a la agencia rusa Sputnik que serían más de 40 los muertos.
UN ATENTADO PREVISTO
La Embajada de Estados Unidos, que el miércoles había lanzado un aviso por un posible atentado inminente, ha recomendado a sus ciudadanos que eviten dirigirse al aeropuerto y a sus puertas tras las explosiones. "Los ciudadanos estadounidenses que se encuentran en Abbey Gate, East Gate o North Gate deberían marcharse inmediatamente", ha instado.
Por su parte, el embajador francés en Kabul, David Martinon, ha aconsejado a los "amigos afganos" que se encuentran en las proximidades de la entrada del aeropuerto que se alejen con urgencia y busquen cobijo ya que "es posible una segunda explosión", ha escrito en su Twitter.
Los talibán advirtieron esta semana de que no facilitarían la llegada al aeródromo de ningún ciudadano afgano y también exhortaron a la población a abandonar la zona, aludiendo igualmente a razones de seguridad. Sin embargo, cientos de personas seguían en la zona, haciendo caso omiso a las alertas que no cesaban de llegar con la esperanza de poder subir a un avión tarde o temprano.
CONDENA TALIBÁN
El doble atentado ha generado condenas de destacados líderes afganos, entre ellos Abdulá Abdulá, antiguo negociador del Gobierno de Ashraf Ghani y figura clave junto al expresidente Hamid Karzai en las conversaciones en marcha con los talibán para tratar de conformar una administración inclusiva y evitar el vacío de poder.
"Condeno rotundamente el ataque terrorista", ha dicho Abdulá, que ha alentado el "gran número" de víctimas civiles y ha expresado su pésame a las familias "en este difícil momento".
Los talibán también se han apresurado a condenar el ataque contra civiles de este jueves, aunque recordando que en la zona donde se produjo la seguridad correspondía a las tropas de Estados Unidos. Varios de sus portavoces han subrayado en Twitter el compromiso del grupo con la seguridad de la población.
Ninguna organización se ha atribuido en los primeros instantes la autoría de este atentado, aunque los avisos de los que venía haciéndose eco en estas últimas horas los gobiernos occidentales ya apuntaban a una posible acción inminente de Estado Islámico Provincia de Jorasán, filial de la organización terrorista que comandó en su día Abu Bakr al Baghdadi.
Con los talibán ya prácticamente al mando del país, ellos serían ahora la principal amenaza en términos de seguridad. Las doctrinas de este grupo, surgido en enero de 2015 a partir de una amalgama de talibán afganos y paquistaníes, son incluso más duras que las de los talibán, a los que consideran herejes y a quienes recriminaron el acuerdo de paz sellado en febrero de 2020 con el entonces Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, punto de partida del repliegue extranjero.
En los últimos años, Estado Islámico Provincia de Jorasán ha sufrido varias derrotas militares y la detención de algunos de sus principales líderes, pero ha terminado creciendo al albor del caos en que se ha visto sumido Afganistán y ha seguido perpetrando atentados, también en Kabul. Entre sus objetivos figuran autoridades locales y fuerzas extranjeras.
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