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Otro ridículo de la izquierda española: el socialista Scholz se reúne con Milei

Mientras el Gobierno español y sus socios de extrema izquierda desprecian al presidente argentino, el Canciller alemán, socialdemócrata, no tienen ningún reparo en recibirle oficialmente

Javier Milei junto a Olaf Scholz, hoy en Berlín

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Mariola López

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Para unos, un peligroso fascista indocumentado. Para otros, en cambio, el presidente del Gobierno de un país democrático. Javier Milei, repudiado por la izquierda española e insultado hasta la saciedad por los partidos que conforman el Gobierno de España y por el equipo de opinión sincronizada, ha sido recibido en Berlín por el Canciller alemán, Olaf Scholz, que pertenece al SPD, el partido socialdemócrata alemán.

El sectarismo de los discípulos de Pedro Sánchez queda en evidencia, de nuevo, en la esfera internacional. Sánchez no felicitó a Milei tras su triunfo democrático en las elecciones argentinas y desde entonces, con el perro de presa Óscar Puente y sus tertulianos de cabecera al frente, ha tratado de menospreciar tanto al jefe del gobierno albileceste como a su ideología, tildándole de fascista en el mejor de los casos.

Pero mientras el Gobierno de España sigue erre que erre empeñado en menospreciar al jefe de Estado de un país amigo, la realidad vuelve a dejar en evidencia el profundo sectarismo de los partidos que conforman el Ejecutivo nacional. Primero, con la recepción e imposición de la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid que le ofreció la popular Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña. Y hoy domingo, porque un socialdemócrata, y de los que tienen peso real en la esfera internacional, no ha tenido reparos en estrecharse las manos con él. Es la primera vez que Milei es recibido por un dirigente de izquierdas fuera de Argentina.

Para Scholz, Milei no debe ser un peligroso fascista al que hay que repudiar. Todo lo contrario. Es el máximo mandatario de un país democrático y le trata con el debido respeto. Algunos, empeñados en el enfrentamiento y las faltas de respeto constantes como única manera de hacer 'política', deberían aprender.

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