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Miki Nadal y Castaño ganan Masterchef tras la decisión salomónica del jurado

Ambos se alzaron con el premio al mejor cocinero de esta edición, la que pasará a la historia por las salidas de tono de Verónica Forqué, la frescura de Carmina y las lágrimas de Bustamante.

Miki Nadal y Juanma Castaño

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Atención. ¡Salta la sorpresa en las Gaunas! Lo cierto es que la sorpresa saltó anoche en Masterchef Celebrity. Miki Nadal y Juanma Castaño empataron en el primer puesto, protagonizando la mejor final de Masterchef de la historia. Tras el sorprendente fallo del jurado, los duelistas compartieron el trofeo, los 75.000 euros del premio final y el curso de cocina de un fin de semana en el Vasque Culinary Center de San Sebastián. Juanma y Miki, Miki y Juanma, tanto monta, monta tanto.

Ganó "la morralla". Juanma, el gran tapado, el cenizo, el soso, el gruñón, el inexperto, el que desde el minuto uno quiso abandonar el concurso, el que se preguntó una y otra vez qué pintaba en el talent. Miki, el cabezón, el vacilón, el inexperto, el repescado en la octava gala. Ambos se alzaron, ex aequo, con el premio al mejor cocinero de esta edición, la que pasará a la historia por las salidas de tono de Verónica Forqué, las peleas de gallos de Arkano, el tongo de Yotuel, la frescura de Carmina, el amor propio de Belén, el buen hacer de Victoria Abril y, cómo no, las lágrimas y la hiperactividad de David Bustamante. Del resto, como el manco de Lepanto, no quiero acordarme.

La victoria de Juanma Castaño es la clara demostración de que los tristes, los negativos, los que odian los lunes, los grises pueden llegar tan lejos como quieran, aunque "carezcan de apoyo". Juanma Castaño triunfó en la gala final de Masterchef Celebrity, el día que Messi se alzaba con el séptimo balón de oro y en la antesala de la cuarta oleada del EGM, la primera sin De la Morena, que parece colocará al asturiano en lo más alto del Olimpo de la radio deportiva. Miki Nadal estuvo apoyado por su hija Carmen, la reina de la noche, su hermano y su cuñada, con la que parece estuvo casado 20 años por una equivocación, presentó un menú que rezumaba vida, amor y memoria. Ambos coincidieron en una cosa. Su menú final resultó un sentido homenaje a su familia, a sus recuerdos de infancia y a la tierra que les vio nacer. Juanma no pudo reprimir las lágrimas al recordar a su abuelo cuando explicó al jurado uno de sus platos que le recordaba a la Navidad de su infancia; Miki, el cómico, el "montoncito de mierda" de Dabiz Muñoz, casi ni pudo explicar su postre. Un homenaje a su madre, a los desayunos que ella le preparaba todas las mañanas de su infancia y su adolescencia. Perder a una madre es perder el manto que te cubre desde niño y su dolor le robó unas cuantas lágrimas incluso a Jordi Cruz. Algo inaudito.

Cualquiera de los dos duelistas hubiera sido un estupendo ganador del concurso. Como explicó Quique Dacosta, la elaboración de ambos menús demostró que Masterchef se encuentra en un momento de madurez.

Bustamante se queda a un paso de ganar

David Bustamante, como parece que es su costumbre, fue el tercer clasificado. "La madre que me parió, el tres es mi número, siempre quedo tercero", gritaba al tiempo que besaba su chaqueta, sin conocer aún el empate que técnicamente le subía una escalera en el podio. Así las cosas, la única mujer de la final tuvo que conformarse con la cuarta posición, o la tercera, según se mire.

Arrancaron nerviosos los cuatro finalistas, esperando el momento de levantar al unísono la caja misteriosa, que no era más que la ansiada chaquetilla de chef. Al verla, Miki amenazó con copiar el peinado de Dabiz Muñoz si llegaba al duelo final. Por cierto, un inciso, ¿a quién se le ocurre cocinar con un modelo tan incómodo como ese vestido con manguitos de piscina que lució Belén López? Desde el otro lado de la pantalla se me antoja el modelo más incómodo del mundo para caminar entre fogones.

Sólo los ganadores del primer reto de la noche podrían lucir la ansiada chaqueta de maestro cocinero. Para ello, los cuatro aspirantes se enfrentaron a un estético plato ideado por Jesús Sánchez, chef de El cenador de Amos en Cantabria. Tres estrellas Michelín y Tres soles Repsol, ahí es nada.

"Relajaos, disfrutad y estad atentos a todos los consejos que os voy a dar". Sánchez comenzó la master class con la que los cuatro finalistas aspiraban a no ser eliminados.

A Bustamante los nervios le jugaron una mala pasada, se adelantaba a las ordenes del maestro y terminó descarrilado entre remolachas, chalotas y patés de higaditos. Belén se extravió entre la humareda, tanto es así que surgió evaporada como el fantasma de Frida Khalo, perdida entre flores. Juanma, sin abrir la boca, concentrado a tope y con una seguridad pasmosa, atendía al cocinero con avidez. Miki, confiado y socarrón, seguía la receta con calma y con humor. A esas alturas ya estaba claro quienes se iban a batir en el duelo final: Miki y Juanma.

El duelo final entre Juanma Castaño y Miki Nadal

El pichón feliz llevó a Juanma directamente a la final, por su resultado y por su forma de cocinar: "metódica y ordenada". ¡Quien lo diría, con la de veces que estuvo el periodista a punto de colgar el delantal! "No me lo creo ni yo, me dan ganas de dormir con la chaqueta. Mi madre aquí otra vez y va a conocer a mi novia".

- ¿A quien le dedicas este triunfo?, le preguntó Pepe.

- A todos los que confían en mí, le contestó el locutor.

- A nadie, le espetó Miki, con la mordacidad con el que ha jugado toda la edición.

En el Penedés disputaron la ultima prueba de exteriores, esa con la que se decidió el nombre del segundo finalista. Para ello tuvieron que realizar un menú homenaje al cava, la bebida espirituosa de la zona, una fiesta de los sentidos dirigida por los hermanos Roca. Seis platos, dos para cada uno, y 215 minutos para dar de comer a 12 comensales, los grandes bodegueros del Penedés. Seis platos de diseño se zamparon antes de que los jueces dijeran el nombre del segundo duelista, Miki Nadal. "Juanma te vas", le retaba el humorista antes de verse las caras para el gran duelo de esta sexta edición de celebrities.

Acompañados de sus familias y sus compañeros de edición, Juanma y Miki remataron el pique desafinado con el que iniciaron el programa en el duelo final.

Lo prometido es deuda. El repescado de la sexta edición, el aspirante eliminado que llegó a la final gracias a su esfuerzo y su evolución arrancó el duelo emulando a su padrino, el chef del restaurante más caro de este país.

Finalizó la sexta edición dejándonos con ganas de más, siempre y cuando en las próximas ediciones atinen con el casting como en esta edición. Una final que arrasó en audiencia, logrando su máximo de temporada con un 24.4% de cuota de pantalla y 2.624.000 espectadores.

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