Compramos coches europeos, pero nos fiamos más de los japoneses
Alemanes y franceses se llevan los primeros puestos en las listas de los vehículos más vendidos, pero son los nipones los que ostentan la fama de ser los que menos se estropean.
Como cada año, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) somete a examen a las marcas del sector del automóvil, después de realizar una encuesta a más de 30.000 conductores europeos. Y éstos han dictado sentencia, los coches japoneses son los más fiables, aunque luego los resultados de ventas hablen alemán y de segundo idioma francés.
Según la OCU, el podio de las marcas más fiables está copado por Honda, Lexus y Toyota, mientras que únicamente tres marcas europeas (BMW, Audi y Dacia) se sitúan entre los diez primeros del ranking de fiabilidad, estando completado el resto del Top10 (Mazda, Mitsubishi, Kia y Subaru) por fabricantes de origen asiático (un coreano, entre ellos).
En el lado contrario, las marcas Alfa Romeo, Dodge y Ssangyong son las que tienen un menor índice de fiabilidad, según la encuesta, en la que Honda, Subaru, Audi y Jaguar fueron las marcas más recomendadas por los usuarios.
Por modelos, el Honda Jazz 1.2 de 2008 es el más fiable de los 433 modelos incluidos en el estudio, superando al Toyota Prius Hybrid de 2009 y al Renault Clio 1100 de 2011, segundos y tercero, respectivamente.
Entre los compactos, el modelo más fiable es el Ford Focus 1.6, mientras que en berlinas destacan las versiones del Seat Exeo 2.0 D, el Honda Insight 1.3 Hybrid y el Toyota Prius 1.8 Hybrid.
En monovolúmenes, se imponen el Renault Scénic 1.6 D y el Toyota Verso 2.0 D, y en todocaminos, el más fiable es el Volvo XC60 2.0D. Para encontrar el primer modelo premium hay que bajar hasta la decimoséptima posición, con el Mercedes Clase A de la anterior generación (2008-2012).
¿Cómo se hace la encuesta?
La encuesta está basada en 70.000 valoraciones de los conductores que cuentan el número de averías de los automóviles de los encuestados en los últimos 12 meses excluyendo las causadas por accidentes. Las averías, a su vez, se valoran atendiendo a su incidencia en la seguridad del vehículo.