Disquisiciones sobre el futuro eléctrico de las ciudades

El vehículo eléctrico es una realidad. Lo que hace tan solo una década se veía como un futuro muy distante, se ha convertido rápidamente en un rabioso presente imprescindible para las grandes ciudades del S.XXI que cada día mejora y se actualiza. De la fascinación inicial de ver un vehículo eléctrico circulando, se ha pasado a convertirlo en un elemento cotidiano y cada vez con mayor protagonismo. Incluso los instrumentos públicos se han modernizado, por lo que en cualquier urbe del mundo se pueden ver todo tipo de vehículos eléctricos, desde coches particulares a autobuses, pasando por los taxis. Los principales actores del segmento en España tienen claro que el coche eléctrico experimentará en los años venideros un progreso ininterrumpido.

Según todas las previsiones, las ciudades contarán progresivamente con mayor número de automóviles híbridos, enchufables o eléctricos 100%, pero las cifras irán creciendo lentamente. Los estudios no consiguen concretar cuándo se llegará a una plena movilidad sin motores de combustión, pero no apuntan a que se consiga en el corto plazo. Los más optimistas apuntan a que en 2020 se llegue a una cuota de vehículos eléctricos del 20% en España, que es lo que la legislación pretende. A pesar de que no es un número muy alto en cuanto al número total de vehículos, tampoco se tienen las garantías de que se vaya a conseguir cumplir esa cifra. De momento, los principales inconvenientes para el público general son la autonomía, precio e infraestructura.

El sector muestra distintas opiniones entre los que creen que en 2018 llegará el punto de inflexión y aquellos que creen que habrá que extender diez años más el plazo para poder ver el desarrollo total de la industria en este ámbito. En lo que todos coinciden es que el crecimiento, una vez se popularice esta tecnología, será exponencial. En nuestro país se comercializan hoy 13 modelos de coches eléctricos diferentes entre los que destacan el Nissan Leaf, el Renault Zoe, el Volkswagen e-Golf, el Kia Soul EV y el BMW i3. El hecho de que este tipo de transporte no genere gases de efecto invernadero supone un gran avance medioambiental, que reduce mucho la contaminación y evita las "boinas de humo" sobre las ciudades, que son altamente nocivas. Por esto, las ciudades se están adaptando cada vez más, con puntos de carga. También con subvenciones para solventar las diferencias de precio con los coches convencionales.

El conductor es la clave

Clave resultará la modificación del consumo de los usuarios. Los vehículos de combustión están arraigados en la forma de funcionar de la gran mayoría de los consumidores, pero es una tendencia que irá cambiando progresivamente. Hay varias vías por las que pueden empezar a cambiar las rutinas de los conductores. Aunque algunos hablan del factor emocional para conseguir el cambio de tendencia, aludiendo a que la contaminación mata a 12 personas más al año, lo cierto es que otros se muestran algo más escépticos pues “el primer motivo para comprar un coche es la línea estética y el segundo, el precio. La contaminación medioambiental no está ni entre las diez primeras”, explica Ricardo de Lombas, director de desarrollo de negocio de Bosch España. Pero “si a partir de 2020 me prohíben circular por las ciudades, me ponen un peaje o me obligan a pagar un impuesto, es posible que el vehículo eléctrico sea un fin a la hora de entender las nuevas formas de movilidad”. Varios factores sociológicos, que tardan en cambiarse, pero que siempre se han dado a lo largo de la historia con las novedades y que pueden ayudar a asentarse al vehículo eléctrico.

En este sentido, las ciudades serán las grandes beneficiadas y “cuando éstas apuesten de forma decidida por ello, será fundamental para conseguir que la gente vea que funciona de manera eficaz y eficiente energéticamente”, explica Juan Luis Plá, Director de Relaciones institucionales de Nissan Iberia. Y ahí deja claro que hay que tener cuidado porque “si no conseguimos que el vehículo eléctrico sea competitivo, no conseguiremos que rompa” y quedará el estigma de que el vehículo de combustión se asocia a libertad mientras que el eléctrico se asocia a una limitación de autonomía y dependencia de una infraestructura.

Esta misma semana se ha conocido que Formentera quiere ser la primera isla de Europa solo con coches eléctricos a partir de 2017. Las estadísticas son claras: “El 37,4% de los españoles están de acuerdo con la motorización en contraposición del 26,7% de los europeos. Esto es importante pues estamos en un momento lento de desarrollo en el que España puede tomar la delantera”, reconoce Mar García Ramos, socia de S&F Consultants. Ricardo Olalla-Guerra, director de ventas de Mobility Solutions en Bosch España prefiere hablar de vehículo electrificado “y ahí nuestro escenario es que para 2020 el 10% del parque sea vehículo electrificado, del que un 2-3% será eléctrico puro. Mientras que en Europa vemos más o menos un 20% electrificado del que 1/3 pudiera ser eléctrico puro, otro enchufable y el resto, híbrido normal”. Unas previsiones que son incluso conservadoras, como explica este experto, teniendo en cuenta el cambio en la regulación.