Las 5 averías más comunes que puede sufrir nuestro coche en verano
Un fallo de la batería, las ruedas con un mantenimiento ineficiente, un calentón por las altas temperaturas, un mal funcionamiento del aire acondicionado o el alternador son claves.
Llega el calor, las vacaciones y las ganas de desaparecer en una playa. Pero para ello, debemos coger el coche. Si no lo hemos llevado al taller a lo largo del año, es posible que en esta época aparezcan nuevas averías. Las altas temperaturas y el recorrer largos trayectos favorecen que determinadas piezas de nuestro vehículo se deterioren, por lo que es muy importante revisar el coche antes del viaje y pedir siempre en el taller recambios de primera marca, que garantizan la calidad. En plena operación salida, estas son algunas de las averías más comunes:
- La batería se queda sin energía: En el mejor de los casos, el coche no arrancará cuando queramos salir de casa. Si tenemos poca suerte, a lo mejor nos podemos quedar tirados en alguna gasolinera o área de servicio. En estos casos, no conviene aventurarse a realizar el cambio de batería uno mismo, como hacen algunos conductores, sino llamar a un taller profesional que nos garantice un recambio original y de confianza.
- El aire acondicionado. Si estamos a 40 grados a la sombra, es normal que abusemos del aire acondicionado. Esta práctica, sin embargo, puede llevar a que se deterioren las tuberías que lo transportan. Las fugas son algo muy común en este tipo de averías. Por ello, antes del verano, es recomendable revisarlas. Tampoco es recomendable usar el aire en exceso todos los días (¡porque además el coche consume más!). El termostato es otra pieza propensa a romperse en caso de que este sistema falle más de la cuenta.
- Desgaste de los neumáticos. En verano, el asfalto abrasa. Está muy caliente. Tanto, que el desgaste de las ruedas es mayor. Y si a esto le añadimos un viaje de 700 kilómetros, el resultado es evidente. Es conveniente revisar cómo de desgastados tenemos los neumáticos y tener en cuenta que durante el viaje se gastarán más que en invierno.
- El sistema de refrigeración del motor. Si falla del todo, podemos afectar al bloque de motor entero. Por ello, es fundamental controlar que este sistema esté en las mejores condiciones. Con el calor, la temperatura del aceite suele ser algo más elevada. Y más si estamos en un atasco. El electroventilador, la pieza encargada de refrigerar el motor si el coche está parado (y no dispone de aire por el movimiento del vehículo), es otra de las piezas más dada a estropearse en verano.
- Alternador. Esta pieza convierte la energía mecánica en energía eléctrica. Es decir, recarga la batería con el movimiento del coche. Como hemos visto anteriormente, el uso excesivo del aire acondicionado, el sistema de refrigeración del motor y otras piezas eléctricas, contribuye a darle mucho más trabajo de lo habitual al alternador. Por ello, es otra pieza que, de estar algo deteriorada, puede averiarse. Dentro del alternador, la correa del mismo también puede romperse con el uso excesivo.
Las claves para prevenir la mayoría de estos problemas o averías consisten en no abusar de sistemas como el de aire acondicionado y no aparcar el coche al sol. Es decir, evitar que el calor pegue de lleno en el vehículo. Respecto a las piezas, para conservarlas lo mejor es realizar las revisiones cuando indique el fabricante y cambiar las piezas necesarias en el momento oportuno, también indicado por el mismo. Por ello, si queremos una mayor garantía de fiabilidad, lo mejor es mantener los recambios originales de la marca, seguir las indicaciones del fabricante, y cuidar nuestro coche frente al calor excesivo.