Los carburantes actualizan su etiquetado
Mañana entra en vigor la nueva nueva nomenclatura para la gasolina y el diesel, que será común en todas las gasolineras europeas y distinguirá el tipo de combustible por su contenido.
La idea es facilitar a los consumidores el correcto repostaje de combustible en sus vehículos en cualquier lugar de la UE, para lo que la nueva denominación es única y común en todos los países. Eso para España, un país con más de 80 millones de turistas al año, es una ventaja que sin duda agradecerán en cuanto todos nos hagamos a la nueva forma de hablar.
Ahora, tal como exige la nueva directiva 2014/94/UE, el tipo de combustible se distinguirá por su contenido -la gasolina se denominará E5, E10 o E85; el diésel B7, B10 o XTL; y los gases lo harán como H2, CNG o LPG- y por su forma –círculo, cuadrado y rombo, respectivamente-.
De momento, y a pesar de que desde este viernes podremos verlo en las 11.495 estaciones de servicio que hay en España, el nuevo etiquetado no sustituye ni modifica la información que se da en la actualidad, sino que es una herramienta visual complementaria.
Además, según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), la nueva nomenclatura tampoco supondrá que los productos que se expidan en las estaciones de servicio vayan a ser distintos de los que se ofrecían antes de su entrada en vigor.
Las etiquetas para la gasolina tienen forma de círculo. En su interior encontrará una letra E, que significa etanol, y un número, que hace referencia al porcentaje máximo de etanol del combustible.
En el caso del gasóleo, encontrará un cuadrado con la letra B, que significa biodiésel. Esta letra irá acompañada de un número que indica el porcentaje máximo de biodiésel que contiene. Además, podemos encontrar una tercera etiqueta cuadrada con las letras XTL, que hace referencia al diésel sintético, fabricado a partir de material fósil o renovable.
Los combustibles gaseosos están representados por un rombo y en su interior contienen las letras H2 (hidrógeno), CNG (gas natural comprimido), LPG (gas licuado del petróleo) y LNG (gas natural licuado).
El objetivo de la Unión Europea es que los conductores que acuden a países distintos al suyo puedan conocer con qué combustibles pueden llenar su vehículo y no incurran en errores que pueden provocar daños a los motores, ya que hasta ahora las denominaciones que encontraban en las estaciones de servicio diferían por países.