El gobierno trata ahora de aliarse con la automoción mediante inversiones
El Ejecutivo quiere firmar con los diferentes actores del sector un Acuerdo Estratégico del sector de la automoción español que contempla inversiones de 2.686 millones de euros hasta 2025.
El objetivo final de este plan sería tratar de garantizar la asignación de alguno de los 15 nuevos modelos que las marcas con fábrica en nuestro país (Ford, Renault, Citroën, Opel, Nissan, Mercedes, Seat, Volkswagen) tienen previsto lanzar en los próximos 18 meses y que pueden suponer entre 3.000 y 4.000 millones de euros de inversión en este periodo, una realidad cada vez más complicada por la competencia de países con el coste laboral más barato. Puro artificio preelectoral vamos.
El PSOE habla ahora de acompañar al sector de la automoción en su transición hacia un nuevo modelo de movilidad sostenible y conectada, ya que de estos 15 modelos siete tendrán versiones alternativas eléctricas y de gas natural y GLP. La realidad sin embargo es que estas intenciones llegan con unas elecciones en el horizonte y después de haberle puesto toda clase de “palos en las ruedas” al sector durante los 8 meses de legislatura que llevamos.
A todas luces es necesario apoyar a los vehículos eléctricos y de energías alternativas, ya que su sobrecoste respecto a uno similar con un motor de combustión es del 30% y ello está dificultando su penetración, así como la falta de infraestructuras de recarga, pero no se pueden ver estos modelos como la panacea y hay que seguir evolucionando las tecnologías existentes en los motores de combustión, que siguen y seguirán siendo la mejor opción para una gran parte de la población.
En este sentido, el apoyo a la innovación en el sector, recibiría según el acuerdo entre 2019 y 2020 una aportación pública de 150 millones de euros en forma de ayudas, que en el conjunto del período 2019-2025 ascenderán a 525 millones de euros.
Para el Gobierno la firma del Acuerdo Estratégico del sector de automoción español es necesario para afrontar los tres grandes retos a los que se enfrenta la industria automovilística: la digitalización, la economía descarbonizada y la globalización y la competencia internacional.
El gobierno de Pedro Sánchez pretende hacer suyo ahora el discurso de que un acuerdo de este tipo crearía un marco estable para las inversiones productivas del sector en España, impulsando la creación de puestos de trabajo de alta cualificación y calidad, la innovación industrial y la formación del tejido industrial de nuestro país, algo que ya era de sobra conocido.
No se puede olvidar que la industria automovilística española es la novena fabricante mundial y la segunda en Europa, representa el 10% del PIB y emplea directamente a 250.000 personas (66.000 de los fabricantes, que tienen 17 plantas repartidas por todo el territorio; y 190.000 de la industria de componentes). Si se suman los empleos indirectos que genera, el número total asciende a 1,8 millones de personas.
En los últimos cuatro años las multinacionales han anunciado inversiones en España por valor de 10.000 millones, de los que ya se han materializado 6.000 millones; que han permitido fabricar en 2018 más de 2,8 millones de vehículos.