El “dieselgate” sigue suponiendo un alto coste para las marcas alemanas
BMW ha tenido que provisionar sus cuentas de tal manera que el beneficio se ha resentido un 75%, mientras que Porsche, perteneciente a Volkswagen, afronta una multa de 535 millones.
Las provisiones que ha hecho el Grupo BMW durante el primer trimestre del presente ejercicio, tras la investigación de la Comisión Europea por posibles acuerdos entre los fabricantes alemanes para manipular las emisiones contaminantes, han provocado que el beneficio neto se haya desplomado un 74,2 %, hasta 588 millones de euros
La facturación del grupo bávaro, que es propietario de las marcas BMW, Mini y Rolls Royce, se mantuvo prácticamente en 22.462 millones de euros (el 0,9 % menos en tasa interanual), pero la Comisión Europea está investigando a los grupos automovilísticos germanos Volkswagen, Daimler y BMW por el posible desarrollo de tecnología para controlar las emisiones contaminantes y las marcas están reforzando sus provisiones.
BMW ha creado unas provisiones de 1.400 millones de euros por esta investigación, que han tenido un efecto en el resultado del segmento automovilístico, que sufrió una pérdida operativa de 310 millones de euros, frente al beneficio de 1.881 millones de euros un año antes.
VAG sigue en el punto de mira
El Grupo Volkswagen tiene dotaciones por el mismo importe, y hoy se ha conocido que la fiscalía de Stuttgart (suroeste de Alemania) ha impuesto una multa de 535 millones de euros al fabricante de automóviles Porsche en el marco de las investigaciones sobre el escándalo de las manipulaciones sobre los datos de emisiones de motores diésel.
Según la Fiscalía, la empresa no ha cumplido con sus obligaciones de velar por el cumplimiento de las disposiciones sobre emisiones de gases contaminantes. Cerca de 99.000 vehículos del fabricante germano con motores diésel V6 y V8 no cumplieron con la normativa sobre la materia, de acuerdo con la investigación. Porsche por este hecho ha sido condenado a pagar 4 millones de euros de multa, mientras que los 531 millones se imponen por las ventajas económicas que obtuvo la marca con la citada manipulación del software.
Porsche, filial de Volkswagen (VW), ha aceptado la multa y no interpondrá ningún recurso, y deberá pagar la cantidad fijada en las próximas seis semanas. Porsche no fabricó los motores afectados sino que los recibió del fabricante Audi, al que ya la fiscalía de Múnich le impuso una multa de 800 millones de euros en otoño de 2018.
Y lo peor de todo es que el caso no está cerrado para el fabricante, ya que todavía hay procesos pendientes contra trabajadores de la empresa en el marco del escándalo del dieselgate, destapado en Estados Unidos en septiembre de 2015, después de que se descubriese que el Grupo Volkswagen había instalado en unos 11 millones de unidades de sus diferentes marcas un software que alterna el dato de emisiones cuando el vehículo era sometido a una inspección en laboratorio. Como ha ocurrido con FCA, pagar indemnizaciones es la única vía de salida.