Las comunidades piden que se acabe la descoordinación industrial
Consejeros de ocho autonomías reclaman colaboración constructiva y piden a la ministra de Industria una estrategia común que impulse el sector de la automoción y sus industrias auxiliares.
Ocho comunidades autónomas, Euskadi, Cataluña, Galicia, Valencia, Castilla y León, Aragón, Navarra y Madrid, han reclamado a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la puesta en marcha de una estrategia común para impulsar el sector de la automoción. Los consejeros competentes en el área de industria de estas ocho comunidades han enviado una carta la ministra, en la que muestran su "honda preocupación" por la situación de este sector estratégico para el conjunto del Estado y su voluntad de "colaboración constructiva".
En la misiva, promovida por la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, las comunidades autónomas consideran urgente una estrategia compartida "que aglutine esfuerzos y recursos con el objetivo de atender el presente y, sobre todo, el futuro de la automoción".
Aumentar la formación y la competitividad
Piden que se aprovechen los esfuerzos inversores realizados por los sectores públicos y privados en materia de I+D, en espacios de fabricación y en generación de recursos humanos a través de la formación y dotar al sector de un nuevo impulso que permita sostener la actividad y el empleo a corto plazo y mejorar la competitividad futura. Los consejeros plantean la conveniencia de crear una Mesa de la Automoción que esté pivotada desde el Gobierno de España y participada por las comunidades autónomas especialmente afectadas y con el sector industrial.
"Entendemos que ha de ser un foro de trabajo que responda de manera urgente a la dinamización de la demanda, a través de medidas de rápido alcance, y la conjunción de una estrategia de medio y largo plazo que defina una hoja de ruta por la que vaya a transitar el desarrollo industrial de la automoción", afirman.
Aseguran que los ejecutivos autonómicos tienen un compromiso firme con una industria 4.0 digitalizada y alienada con la sostenibilidad que pasa por una política energética que ayude a mejorar la competitividad. En la carta los consejeros avanzan las bases que pueden recogerse en esa estrategia y plantean un marco de actuación que dote a las empresas de la máxima predictibilidad en lo que se refiere a políticas públicas porque sin un conocimiento de la evolución de normativas fiscales o medioambientales es difícil invertir en el sector.
Un plan de ayudas neutral
También reclaman un programa de activación de la demanda de vehículos basado en la neutralidad tecnológica y advierten de que si solo se fomenta la adquisición de vehículos eléctricos (aunque han cancelado el Moves II) en un momento de crisis se potencian los "desequilibrios sociales" en detrimento de las personas con menos recursos. Asimismo, apuestan por el desarrollo de la red de recarga de vehículos eléctricos, el impuso de la I+D+i para el desarrollo de motores menos contaminantes y una política basada en energías renovables y precios competitivos.
Consideran necesario que haya una apuesta clara por las grandes empresas y que se impulse la vigilancia de las políticas de "dumping fiscal" de países externos a la Unión Europea. Los consejeros reconocen que estas medidas "urgentes" van a requerir de nuevas inversiones por lo que sería necesario un compromiso para la dotación de recursos económicos vinculados a un pacto estratégico de apoyo al sector de la automoción.
Para el sector tampoco es baladí el número de conductores que haya, y en ese sentido las autoescuelas quieren que el aforo de sus centros de formación vial se eleve hasta el 75% en las zonas que estén en la fase 3 de desescalada de la pandemia de la COVID-19. Así lo ha pedido la Confederación Nacional de Autoescuelas al Ministerio de Sanidad y a las distintas comunidades autónomas con competencias en la fase 3. Para las autoescuelas se les ha discriminado en comparación con otros sectores como comercio, hostelería, congreso, bibliotecas, espectáculos en recintos cerrados, ceremonias nupciales o velatorios y entierros.