Automoción
Toyota refuerza la supervisión tras su crisis de seguridad en Japón
La empresa japonesa refuerza controles y suspende la fabricación de diversos modelos en Japón tras una crisis de certificación. Esto llevará a una histórica reducción en su producción global del entorno del 5% que le supondrá bajar de los 10 millones de vehículos.
Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, se encuentra en un momento crítico tras la crisis de seguridad que ha afectado a varios de sus modelos en Japón. El pasado viernes 9 de agosto, la compañía emitió una orden correctiva comprometida con las autoridades japonesas, donde se compromete a fortalecer la supervisión de la certificación de sus vehículos. Esta medida busca evitar nuevas sanciones y restaurar la confianza en la marca, que ha visto afectada su reputación en los últimos meses.
La orden incluye medidas como una mayor implicación de los gerentes en el proceso de ensamblaje, la asignación de más personal a tareas de certificación y la clarificación de responsabilidades en puestos clave, como el de ingeniero jefe. Esta acción responde a las irregularidades detectadas en la certificación de siete modelos, que solo se venden en Japón, aunque dos de ellos, el Toyota Yaris Cross y el Lexus RX, también se comercializan en Europa. Sin embargo, las unidades europeas no se ven afectadas por las diferencias en los sistemas de homologación.
En respuesta a esta situación, Toyota ha decidido paralizar la comercialización de tres modelos fabricados en Japón: el Corolla Fielder, el Corolla Axio y el Yaris Cross, destinados a mercados fuera de Europa. Además, se espera que este escándalo reduzca la producción global anual en 500.000 vehículos, una disminución del 5% de su objetivo original para 2024. Según medios japoneses, Toyota ha informado a sus proveedores de piezas que la producción mundial será de 9.8 millones de unidades, frente a los 10.3 millones previstos anteriormente.
Desafíos para Toyota
Este ajuste es histórico para Toyota, que supone la primera vez en cuatro años que su producción mundial de vehículos se sitúa por debajo del nivel del año anterior. Las acciones de la compañía en la Bolsa de Valores de Tokio han reflejado esta situación, con una caída de casi un 2%, lo que ha contribuido a una reducción del 6,9% en la capitalización bursátil de la empresa desde enero.
Pese a estos desafíos, Toyota elevó su beneficio neto en un 1,7% durante el primer trimestre del año fiscal 24/25, alcanzando los 1,33 billones de yenes (más de 8.235 millones de euros). Este incremento se debe principalmente a la debilidad del yen, que ha impulsado las ventas en Estados Unidos, compensando en parte los efectos negativos de la crisis de certificación.
En cuanto a su estrategia futura, Toyota sigue comprometida con la venta de vehículos eléctricos, con el objetivo de comercializar 1,5 millones de unidades al año a partir de 2026 y 3,5 millones para 2030. Sin embargo, la compañía mantiene una postura de "multi opción", ofreciendo diversas motorizaciones y no apostando exclusivamente por la electrificación plena. Gill Pratt, presidente del Instituto de Investigación de Toyota, destaca la importancia de seguir explorando tecnologías como el hidrógeno, subrayando la incertidumbre del futuro de la movilidad y la necesidad de adaptarse a posibles cambios en las preferencias y tecnologías disponibles.
Toyota también planea lanzar nuevas baterías de estado sólido a finales de esta década, con el objetivo de ofrecer hasta 1.200 kilómetros de autonomía en sus vehículos eléctricos. A pesar de los desafíos actuales, la empresa sigue invirtiendo en el desarrollo tecnológico para mantener su posición en el competitivo mercado global del automóvil.
Toyota apuesta por Lexus
Toyota busca además recuperar terreno en la movilidad eléctrica a través de su marca premium, Lexus. A pesar del lento arranque en el mercado de vehículos eléctricos, el gigante japonés ha inaugurado el avanzado centro de pruebas y desarrollo de Shimoyama en Japón, con una inversión de 300 mil millones de yenes. Este centro, con su propia réplica del trazado de Nürburgring, permitirá a 3.000 trabajadores diseñar, desarrollar y probar vehículos bajo un mismo techo.
Lexus, que actualmente cuenta con dos modelos eléctricos, será la punta de lanza en la mejora de sus futuros coches eléctricos, con nuevos modelos previstos para 2026. La marca aspira a electrificar toda su gama para 2030 y ser completamente eléctrica en 2035, mientras Toyota seguirá desarrollando motores de combustión y sistemas híbridos junto a Mazda y Suzuki.