Las cajas de ahorro se suman a la defensa de la automoción
Funcas pide incentivos a la inversión para revertir el "declive" automovilístico europeo. Entre 2019 y 2023 la producción del Viejo Continente ha retrocedido casi un 17%.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha pedido incentivos a la inversión, focalizados en los componentes de mayor contenido tecnológico como las baterías, para revertir el "declive" automovilístico de la industria europea, aunque el "problema" es que el impacto de estos incentivos se diluye en el tiempo, y mientras tanto los competidores "gozan de una ventaja que puede acrecentarse".
En su última edición de 'Cuadernos de Información Económica', el director de coyuntura de Funcas, Raymon Torres, considera que ni la imposición de aranceles a la importación --como los aplicados por la Comisión Europea-- ni las ayudas a la compra --similares al Plan Moves III-- son suficientes para un sector como el automotriz, que está registrando "un importante retroceso tanto en términos absoluto como en comparación con Estados Unidos y China".
Entre 2019 y 2023 la producción europea retrocedió un 16,6% y los datos disponibles para 2024, según Funcas, apuntan a una tendencia prolongada a la baja, en un contexto en el que Estados Unidos se ha "estabilizado" tras recuperar parte del terreno perdido entre 2015 y 2019 cuando regristró un deterioro de la producción de veinte puntos porcentuales.
Acorde al análisis de Funcas, el retroceso europeo obedece, entre otros asuntos, a un debilitamiento de la demanda por causas coyunturales "más o menos reversibles" tras el shock energético al que se ha enfrentado Europa como consecuencia de la desconexión de los combustibles fósiles rusos, tras el inicio de la guerra en Ucrania que provocó un deterioro del poder adquisitivo del mercado comunitario y que a la postre ha terminado afectando a la compra de automóviles.
Así, Torres indica que las incertidumbres regulatorias "también han podido influir", después de que la Comisión Europea anunciarse una prohibición de ventas de coches de combustión a partir de 2035, así como la demanda de vehículos eléctricos que "está tardando" en tomar el relevo a los de combustión como consecuencia de las carencias de la red de puntos de recarga, el hecho de que el coche eléctrico no es perfectamente sustituible por uno de combustión, y la persistencia de precios de compra relativamente elevados
Desde el punto de vista estructural, la alerta procede de un escollo como el retraso tecnológico acumulado con respecto al vehículo eléctrico, cuyo despliegue constituye un objeto central de la política económica europea. En este contexto, China aparece como el gran ganador, ocupando el primer puesto en el ranking de países productores y consolidando su avance.
"Los subsidios más o menos encubiertos del Estado chino han resultado ser cruciales para iniciar la transición y consolidarla", asegura Raymon Torres para añadir que el resultado es que la UE "pierde terreno" en los mercados internacionales del vehículo eléctrico.