El sondeo interno de Podemos hunde sus posibilidades para La Moncloa

Podemos reconoce que no está en condiciones de gobernar a casi dos meses de las elecciones generales. La formación podemita, a través de la secretaria de Análisis Político, Carolina Bescansa, ha tenido que rendirse a la evidencia: "En estos momentos no estamos en condiciones de liderar un gobierno en nuestro país".

La cruda frase de Bescansa, matizada por llamadas al voluntarismo y a la corrección de ese rumbo de aquí al 20-D, no oculta un hecho: que hasta la encuesta interna cocinada por Podemos sitúa al Partido Popular como ganador de los comicios generales con el PSOE yCiudadanos en empate técnico junto a la formación dePablo Iglesias.

Una encuesta, por cierto, que ha llamado mucho la atención por las circunstancias en que ha aparecido. El sondeo, que según Bescansa se realizó el pasado mes de septiembre, fue dado a conocer el lunes en forma de carta a los inscritos en el partido. La fecha, desde luego, daba pie a múltiples lecturas.

Por un lado, aparecía justo un día después de que Metroscopia y El País propinasen un duro varapalo en pérdida de intención de voto a Podemos y aupasen a Ciudadanoshasta las puertas de La Moncloa.

Por otra parte, la encuesta llegaba el mismo día en que todavía coleaba la polémica sobre la presencia de Iglesias en la recepción del Día de la Fiesta Nacional. Con intención o sin ella, lo cierto es que la encuesta ha sido interpretada como un intento de revertir los sondeos y de dar aire a una militancia ya azotada por los pésimos resultados en las elecciones catalanas.

Unos comicios en los que se desdeñaron los datos de las encuestas recurriendo al lugar común de los sondeos de las europeas de 2014. La actitud de Podemos, en ese campo, parece haber cambiado: ha pasado de desdeñar las encuestas a atacarlas por su "tendenciosidad" e incluso a elaborar muestreos propios para contrarrestarlas.

Otro golpe de efecto ha sido la llamada del secretario general a los tres principales presidenciables -Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Albert Rivera- para llevar a cabo un debate entre cuatro. Lo curioso es que el líder de Podemos ha dejado sentir su peculiar sentido de la diplomacia: "A diferencia de los partidos viejos, nosotros no tememos debatir en serio".

Mientras tanto Podemos se encastilla en algunas obsesiones propias de un partido situado en el "margen izquierdo del tablero" -como señalaron Iñigo Errejón e Iglesiasdías atrás en otra misiva a la militancia- como es el caso del 12 de octubre.

"Somos respetuosos con todas las fiestas", ha indicado Bescansa, que, sin embargo, ha señalado que su formación está a favor de buscar otras fechas porque "las fiestas deben ser momentos de encuentro".

Desde luego, no lo fue para algunos alcaldes "del cambio" -a excepción de la madrileñaManuela Carmena- ni para el propio Iglesias, que tras el lío desatado por su invitación a la recepción del Palacio Real declinó su presencia en un evento que sólo sirve "para que políticos y empresarios del Ibex 35 engrasen las puertas giratorias", segúnBescansa.