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Así de barato sale injuriar a altos cargos del PP con una borrachera

Las "confesiones" de la secretaria del cabecilla de la Gürtel pusieron en ojo del huracán judicial de la corrupción a varios dirigentes del PP, pero ahora achaca a la bebida sus acusaciones.

Así de barato sale injuriar a altos cargos del PP con una borrachera

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Redacción

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Por si faltaba algo por ver en torno a la trama Gürtel y no hubiera dado suficientes titulares delirantes, este martes la secretaria del presunto cerebro, Francisco Correa,terminó de rizar el rizo. Y es que Maica Jiménez se retractó de las manifestaciones en las que implicaba a varios dirigentes del PP en el cobro de sobres de dinero (entre ellos el presidente del Senado, Pío García Escudero) pero no lo hizo de cualquier manera. Según su nueva versión, se trató de una "conversación de bar" en la que mintió para "impresionar" a su interlocutora: "Me vine arriba porque había tomado tres o cuatro copas", dicen fuentes jurídicas presentes en su declaración que dijo.

Jiménez, que fue grabada de forma encubierta por la funcionaria del Ayuntamiento de Boadilla del Monte Ana Garrido dijo ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que se "inventó" que dirigentes populares visitaban la sede de la empresa Special Events, epicentro de la trama, y que en realidad "nunca" vio al extesorero del PP Luis Bárcenas salir con sobres "a altas horas de la noche".

Las "chicas altas, rubias y putas"... tampoco

La mujer, que declaró como testigo durante 30 minutos en el marco del Caso Gürtel, también negó que Correa pidiera "chicas altas, rubias y que sean putas para relacionarse con gente muy importante" y, en concreto, con "altos cargos", como le trasladó a Garrido. "Eso es mentira (defendió ante el juez instructor). Solté por la boca lo que no está en los escritos".

Durante su comparecencia, en la que reconoció que fue la recepcionista de Special Events entre 2001 y 2003 aunque en ocasiones hizo labores como secretaria de Correa, la testigo aseguró que sus jefes tenían "relaciones" con altos cargos del PP porque se encargaban de organizarles muchos actos pero negó el trasiego de dirigentes en la oficina que describió ante la concejal de Boadilla.

En esa conversación la mujer detallaba que había visto en la sede de Special Events, en el número 40 de la calle Serrano de Madrid, tanto a García-Escudero, a quien definió como "un gran amigo" de Correa ("está en el ajo", llegó a decir), como a varios imputados en el procedimiento: el exdiputado Jesús Merino, el exconsejero de Deportes de la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo, el empresario Jesús Calvo Soria, el exalcalde de Majadahonda (Madrid) Guillermo Ortega o el exconcejal de este municipio José Luis Peñas.

Ni sicarios, ni SMS...

En otro punto de la declaración la secretaria de Correa admitió que sufrió "mobbing y vejaciones" por parte de su jefe pero negó, como le dijo a Garrido, que una compañera de trabajo le advirtiera de que permaneciera callada si no quería que le mandaran "un sicario". Además, precisó que aunque en un primer momento llevo a su jefe a los tribunales luego retiró la denuncia porque "no podía soportar verle la cara" en un juicio.

También rechazó que, tras conocer que la grabación iba a salir a la luz, mandara un SMS a Garrido advirtiéndole de que tenía miedo y se había tenido que cambiar de casa. El encuentro entre ambas, según relató, se produjo a través de un amigo común, el exconcejal Francisco Sanz, que le dijo que la edil también había sufrido una situación de acoso por parte de sus jefes.

Garrido, por su parte, admitió que grabó de forma intencionada a la secretaria deCorrea y sin que ella lo supiera, y añadió que guardó la reproducción en su ordenador sin hacer uso de ella porque no dio "importancia" al contenido de esa conversación.

Según dijo, su expareja clonó los archivos de su ordenador y entregó esa grabación a la Policía de Boadilla del Monte sin su consentimiento, algo que ella denunció ante el juzgado de instrucción número 4 de Móstoles, del que es titular el antiguo instructor del Caso Gürtel, Pablo Ruz.