Las verdades de Beaumont duelen al PP y a sus 800.000 militantes
El director de "El Semanal Digital" asegura en La Sexta que el liderazgo ejercido por Rajoy ha hecho que un partido de afiliados acabe reducido a uno de cuadros donde las bases no tiene voz.
El miércoles negro que sufrió el PP con la dimisión deArantza Quiroga, las declaraciones deCristóbal Montoro, la carta de Cayetana Álvarez de Toledo a Mariano Rajoy en El Mundo y como guinda el "me siento abandonado por el Gobierno" del barón castellano y leonés, Juan Vicente Herrera, ha devuelto a la memoria de los populares aquellos meses convulsos de 2008.
La diferencia es que entonces ya se habían celebrado las elecciones generales (las segundas que perdió Rajoy) y ahora la tormenta se ha desatado a dos meses de que se produzcan. Y ni las declaraciones de ministros como José Manuel García Margallo y Luis de Guindosponiendo paños calientes sirven ya.
Si esto ocurre ahora, ¿qué ocurrirá, o qué no ocurrirá, si Rajoy no consigue gobernar (aun ganando las elecciones?, ¿Puede acabar el Partido Popular como la UCD deAdolfo Suárez? La pregunta sobrevuela los mentideros políticos, y así se la trasladóAntonio García Ferreras a Antonio Martín Beaumont.
"Sí, sin duda el PP puede acabar como la UCD", advirtió este jueves el director de El Semanal Digital en Al Rojo Vivo. Aunque a renglón seguido matizó que el PPtiene una ventaja sobre la UCD: "La UCD era un partido de cuadros y no de masas, y cuando vinieron mal dadas los cuadros se enfrentaron y no había militancia detrás. En cambio el PP es un partido de masas, de militantes, 800.000, que después están representados por cuadros. El problema es que la gestión de Rajoy se ha olvidado de la militancia", lamentó.
Y añadió Martín Beaumont que el PP debería darse cuenta de una vez de que "la gente quiere participar, los militantes quieren decidir". Porque si no, vaticinó, "surgirán otras fuerzas políticas que les harán la renovación por la base". "Un partido con 800.000 militantes tiene desactivadas las bases", continuó.
Según él el PP "lleva tiempo fracturado", y ahora que muchos ven peligrar sus puestos surgen "las trifulcas, los egoísmos y los codazos". Algo de lo que culpó en última instancia al jefe de filas de los populares por haber ejercido un liderazgo tan "personalista", basado únicamente en "el dedo" como forma de elección.
Y lo que es más. El presidente ha hecho que el PP pierda el centro. "Las políticas de este Gobierno han llevado a instalarlo en una escala del 1 al 10 en el 8,5, muy a la derecha, casi como la Alianza Popular de Manuel Fraga", sostuvo. Centro que le está comiendo a bocados Ciudadanos.