Cinco zancadillas de Carmena agotan la paciencia de Cifuentes

La campaña de carteles contra el Gobierno de CristinaCifuentes aparecida en los autobuses y marquesinas de la Empresa Municipal de Transportes ha sido el colofón -con advertencia de llevar el asunto a los Juzgados- a una serie de desencuentros y zancadillas puestas por el Ayuntamiento de Madrid al Gobierno autonómico.

En la Real Casa de Correos la cuestión de los carteles ha colmado el vaso de la paciencia de quienes están hartos de que Manuela Carmena, y en especial algunos de sus adláteres, intenten cargar los problemas que no resuelve el Consistorio a la Comunidad.

Porque el problema es que llueve sobre mojado. "Una cosa son las divergencias ideológicas y otra que quieran salir al paso echándonos a nosotros la culpa de su desgobierno", aseguran fuentes del Ejecutivo de Cifuentes, que se malician que la campaña de carteles, señalada como una "acción sindical", fue autorizada de facto.

En apenas medio año desde la constitución de los nuevos equipos de gobierno en Alcaldía y Comunidad de Madrid los desencuentros se han sucedido en materias de lo más diverso.

Primero fueron los comedores escolares, financiados por la Comunidad y gestionados por los Ayuntamientos. La decisión de Carmena de sustituir su apertura en verano por el envío de raciones a domicilio obligó a Cifuentes a habilitar varios institutos para dispensar las comidas.

Menos conocidos son los roces por la retirada de la subvención municipal a la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Frente a la decisión del Consistorio de Carmena, en la Puerta del Sol apuestan por recuperar los fondos destinados al centro por una cuestión de tradición.

Otro punto de fricción es el tráfico. La concejala del ramo, Inés Sabanés, responsabilizó hace unas semanas al Gobierno madrileño del caos circulatorio, lo que obligó a la propiaCifuentes a salir al quite. La cuestión empezó a dar la medida en Sol de la actitud del Consistorio.

Y para ahondar en los choques queda la cuestión de Ifema, donde la actitud del Ayuntamiento -fuentes municipales apuntan incluso al influyente Luis Cueto como responsable- está haciendo imposible una renovación que, a priori, la Comunidad no ve con malos ojos aunque desde el Consistorio se aireasen los sueldos de los directivos en lo que algunos observaron otra zancadilla contra la presidenta madrileña.

Sin embargo, la cuota municipal, con sus exigencias, mantiene en suspenso la renovación de cargos directivos. Y es que el gobierno de Ahora Madrid se niega a que un responsable cobre más que un delegado, lo que hace muy difícil que el perfil buscado -un profesional de la empresa privada con capacidad de gestión- sea cubierto.