Villalobos monta en cólera: el PP intenta echarla hasta con un cunero

La confección de las candidaturas está provocando serios encontronazos en el Partido Popular. Preocupa mucho el que se vive en la sexta circunscripción en importancia en número de escaños, Málaga, epicentro de la batalla andaluza y tradicional feudo popular. Donde esperan conservar 5 o al menos 4 de los 6 diputados que tienen ahora.

Meses se han pasado el presidente del PP de Andalucía, Juanma Moreno, y el del PP de Málaga, Elías Bendodo, maniobrando para apartar a Celia Villalobos como número uno. Y ahora, en el momento de la verdad, su operación tiene visos de descarrilar.

Cuentan a El Semanal Digital que la cólera de la que esta legislatura ha sido vicepresidenta primera del Congreso es tal que está dispuesta a morir matando si hiciera falta. Y que ya ha adelantado que o va de uno o no va. A tal punto ha llegado el encarnizado enfrentamiento que, según la creencia en Génova 13, lo más probable es que finalmente Mariano Rajoy opte por mantener a Villalobos como cabeza de cartel para que la sangre no llegue al río.

¿Por qué se ha llegado a este punto? Moreno y Bendodo han intentado que el número uno fuera el alcalde de Estepona, José María García Urbano. Y éste quería, pero sin abandonar el Ayuntamiento, lo que contradice el discurso del PP andaluz de una persona, un cargo. Además, a cambio no ofrecían a Villalobos, cuentan los partidarios de ésta, ninguna salida digna más allá de la puerta.

En paralelo, desde Madrid se ha intentado promocionar la candidatura del secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, que no es malagueño pero veranea en Marbella. Lo que se dice un cunero. De hecho, a mediados de octubre el número dos de Interior se dejó caer por la Convención del PP Málaga 2025, él que no es nada dado a los actos de partido.

Sin embargo la maniobra tampoco ha cuajado. La sola idea de que Génova 13 impusiera a un cunero en Málaga, la niña bonita de todas las circunscripciones andaluzas, revolucionó a los populares de Juanma Moreno. Por no hablar del daño que habría supuesto al liderazgo de éste.

Precisamente ese cónclave, Málaga 2025, fue el que desencadenó la ira de Villalobos. Ésta considera que le tendieron una encerrona sometiéndola en uno de los paneles a preguntas sobre la renovación de las listas, los diputados que cobran dietas por ser de circunscripciones distintas a Madrid viviendo en la capital y cuestiones así.

Rajoy tiene la última palabra. Y ya se sabe que es poco partidario de alimentar conflictos. Eso es lo que tranquiliza a Villalobos.