Un alcalde de Cs imputado por prevaricación amarga la campaña a Rivera
Tiene la medalla de plata al alcance de la mano según los sondeos, pero a Ciudadanos se le está empezando a hacer larga la campaña y al final puede acabar pidiendo la hora.
A diez días de las elecciones generales Ciudadanos puja fuerte por escalar hasta la segunda posición en la que algunas encuestas ya les colocan. Su objetivo es adelantar al PSOE y los sondeos se lo ponen a Albert Rivera al alcance de la mano. Sin embargo, algunas alarmas han comenzado a encenderse en el seno del partido naranja en las últimas horas y la campaña se le puede hacer toda muy larga a Rivera. A su altercado en Cádiz al bajarse de los escenarios para pisar la calle y encontrarse con los que le echan en cara haberse aliado con los socialistas ("¡Ahora sois Junta!") se ha sumado la imputación de uno de los cuatro alcaldes que tiene Ciudadanos en Andalucía.
Cinco meses después de ser elegido con el apoyo del PSOE, José María Fernández, el alcalde de la localidad sevillana de Espartinas, dimitió rápidamente este miércoles tras ser imputado por prevaricación para "no perjudicar" a Ciudadanos, pero el asunto no puede llegar en peor momento para la formación naranja. Desde el partido dicen que este es un "asunto administrativo" y no un caso de corrupción, pero las presuntas "irregularidades" de los contratos formalizados con cargo al Programa de Ayudas a la Contratación de personas en situación de exclusión social de la Junta de Andalucía recuerdan demasiado a esos ERE con los que Rivera tiene que lidiar a diario contra los que le acusan de haberse aliado con "el PSOE de la corrupción".
Los nuevos partidos, se quejan PP y PSOE, llegan sin "mochila" y les resulta más fácil cargar contra los veteranos y clamar por la regeneración de la política y en contra del bipartidismo "corrupto", de ahí que un recién aterrizado alcalde imputado por prevaricación complica el discurso de los emergentes libres de mácula en el que se apoyan, no sólo Rivera, sino también Pablo Iglesias y Podemos.
Eso por no hablar de que llega en un momento delicado en el que los partidos emergentes tienen que convencer en diez días a los votantes de que detrás del "personalismo" y los "nombres propios" hay partido para gobernar. De ahí que este miércoles el PP hiciera hincapié al conocer la noticia en que "los proyectos personalistas tienen esas cosas, que no hay nada detrás".