Iglesias llora, Rajoy le da donde duele y Rivera espanta a ZP

Último domingo antes de las elecciones generales y tres de los cuatro partidos que tienen opciones serias de gobernar España juntaron a los suyos en la capital para demostrar sus fuerzas: PP, Ciudadanos y Podemos.

Mariano Rajoy acudió a su mitin en Las Rozas con dos guardaespaldas de peso en la política de la capital, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la presidenta de los populares madrileños, Esperanza Aguirre, que no dudaron en seguir la estrategia de poli bueno y poli malo para repartir críticas a los partidos emergentes. A Esperanza le tocó repartir a Ciudadanos por aquello de que Cristina tiene que seguir gobernando con los naranjas en la autonomía pero Cifuentes hizo bien su parte cargando contra Manuela Carmena y las "ocurrencias" de Podemos.

La presencia más especial fue sin duda la de Leopoldo López Gil, padre del opositor venezolano, Leopoldo López, que sigue encarcelado en la Venezuela de Nicolás Maduro. Rajoy agradeció su presencia y le destacó como merecedor de la nacionalidad española. Con sus palabras, el candidado del PP pidió para los venezolanos lo mismo que para los españoles "independencia de los periodistas, libertad y derechos humanos". También reclamó a Maduro que "todos los presos políticos pasesn la Navidad con sus familias".

A los de Ciudadanos se les fue la mañana en el Palacio de Vistalegre en su acto más multitudinario hasta la fecha. El recinto, feudo indiscutible del Partido Socialista - talismán para muchos en la campaña de José Luis Rodríguez Zapatero- y de Podemos hasta hoy, tiñó de naranja gracias a las 10.000 personas que el equipo de Rivera consiguió reunir en Carabanchel. "Igual que conseguimos que el cinturón rojo de Barcelona fuera naranja el 27S, España va a ser naranja. Vistalegre es naranja, Madrid es naranja y España va a ser naranja", señaló el candidato aludiendo a la ventaja sobre los socialistas.

Unas 2.000 personas llegaron en 50 autobuses desde Andalucía, Aragón o Cataluña para acompañar a Albert Rivera en el acto central de la campaña. El resto combatieron el frío madrileño con chocolate caliente y pastas a las puertas de Vistalegre hasta que una discomovida les dio la bienvenida al pabellón. Con gritos de "¡Se nota, se siente, Albert es presidente!" los simpatizantes consiguieron subir la temperatura y Rivera se lanzó, como su balón, contra el resto de partidos con su "conjura". "Seremos imparables si reventamos las urnas", insitió el presidente de C's en la importancia de que el 20D haya participación masiva.

Mientras los de Ciudadanos celebraban su "asalto" simbólico al terreno de la izquierda, Pablo Iglesias lloraba en el escenario al abrazar calurosamente a su compañera de batallas, la alcadesa de Barcelona, Ada Colau. En el día más emblemático para la campaña, el partido morado quiso demostrar que el "matrimonio" Iglesias-Colau sigue fuerte y unido ante la "remontada" en la que basa su último esprint en la carrera electoral.

Pablo Iglesias demostró que el vacío que dejó Manuela Carmena al no hacer campaña con Podemos ni se nota, ni se siente. En los brazos de la nueva heroína de Podemos, Colau, Iglesias se emocionó hablando de la España "plurinacional" con la que ilusionar a los catalanes.

Podemos apeló a que España "no puede quedarse atrapada en el pasado" de los "señores de lo viejo" para levantar el fervor del pabellón madrileño donde había más de mil huecos libres. "Váyase a casa, señor Rajoy" le dedicó Iglesias al candidato del PP con un comentario que recordó al que tuvo José María Aznar con Felipe González en 1994.

En las redes sociales Ciudadanos y Podemos consiguieron ser tendencia a nivel mundial en la red social Twitter durante la celebración de sus respectivos mítines.