La cortina de humo franquista tapa el patrimonio "oculto" de Carmena
La atención mediática en el último pleno del Consistorio madrileño recayó en el cambio de nombres, lo que hizo pasar de puntillas sobre el asunto que quita el sueño a la alcaldesa.
El patrimonio de Manuela Carmena le está causando serios disgustos a la alcaldesa de Madrid hasta el punto de amargársele el carácter en los plenos. El último del año, en el que se ha aprobado el cambio de una treintena de nombres del callejero de la capital en virtud de la Ley de Memoria Histórica, también ha estado protagonizado por los bienes de la primera edil madrileña.
El PP forzó las explicaciones de Carmena después de que en las últimas semanas tuvieran lugar varios hechos sospechosos de vulnerar la transparencia de la que hizo gala Ahora Madrid en su programa electoral.
Pero lo cierto es que
La cuestión del callejero tapó por completo la comprometida cuestión de la alcaldesa de Madrid
la cuestión del callejero tapó por completo la comprometida cuestión de la alcaldesa de Madrid, a la que no le sentó nada bien que la bancada popular rompieran en aplausos a su concejal Percival Manglano.
La alcaldesa, que declaró un patrimonio cifrado en 860.000 euros en el portal de transparencia del Consistorio -superior incluso al del presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, valorado en más de 600.000 euros-, tuvo que aclarar una operación de adquisición de una parte de un inmueble a Cristina Almeida.
Y es que las finanzas de Carmena se encuentran bajo escrutinio desde antes de las elecciones a raíz de la situación del estudio de arquitectura de su marido, Eduardo Leyra. Precisamente esa cuestión ha llevado a la presentación de sendas querellas contra la alcaldesa, a la que se atribuyen presuntos delitos contra los derechos de los trabajadores y la Seguridad, insolvencia punible y la posibilidad de un alzamiento de bienes.
En Ahora Madrid-Podemos siguen con preocupación el asunto, ya que Carmena es un peso pesado en el imaginario de los "alcaldes del cambio" aunque la exjueza vaya por libre.
La situación ha elevado la tensión de la alcaldesa, que en el último pleno del año también aprovechó para insistir en la necesidad de cambiar el funcionamiento, escocida por unas chanzas del concejal popular Fernando Martínez Vidal durante uno de sus discursos.
Carmena, nada acostumbrada a los recursos dialécticos del duelo político, mostró que no le hicieron ninguna gracia los versos del concejal en su situación. Por eso Esperanza Aguirre tuvo que recordarle que "a la política se viene llorao" de casa.