VIPs del PSOE acuden al Rey para que haga entrar en razón a Sánchez

En medio del guirigay del PSOE, alguien como Guillermo Fernández Vara puso este martes sobre el tapete político una nueva carta: el Rey de oros, Felipe VI.

El presidente de Extremadura dejó caer que, aunque nadie todavía la ha planteado en público, existe la posibilidad de que el Monarca encargue al PP la investidura con otro candidato que no fuera Mariano Rajoy. Quien por cierto hace horas reiteraba desde La Moncloa que "no está siquiera planteado" que haya un presidente del Gobierno del PP que no sea él.

Las palabras de Fernández Vara, expresadas con el tiento que exige cualquier asunto real, encierran mucho más. Son un SOS lanzado por una parte del socialismo al jefe del Estado porque creen que sólo él es capaz de convencer a Pedro Sánchez, de hacerle entrar en razón.

Hay muchos socialistas, especialmente de la vieja escuela, escandalizados con la sola idea de que Sánchez pacte con Podemos; y que también ven un suicidio colectivo en la celebración de nuevas elecciones. Esta corriente, que abarca desde Felipe González a Susana Díaz pasando por Alfredo Pérez Rubalcaba, considera que el mal menor y la única salida honrosa para el PSOE es dejar que gobierne Rajoy.

La presión sobre el candidato socialista desde el 21 de diciembre ha sido mucha. No sólo de su partido, del PP y de Ciudadanos; sino también de los poderes fácticos europeos, de los mercados y de las empresas del Ibex. Pero él ha reivindicado su derecho a intentar formar Gobierno.

¿Qué más hace falta para convencerlo? O mejor dicho, ¿quién? Es vox populi que el Rey está preocupado por la situación de incertidumbre política generada en las urnas, y también que apuesta por un entendimiento entre el PP y el PSOE. Lo aseguran quienes han hablado con él estos días, porque aunque nunca trasciendan Felipe VI -al igual que hacía su padre- mantiene contactos habituales con toda la clase política. También tiene unos cuantos periodistas de cabecera. Le gusta estar al tanto de todo lo que se cuece.

Muestra de su preocupación es que en su discurso de Nochebuena llamó al "diálogo, la concertación y el compromiso" y a "desterrar los enfrentamientos y los rencores; y sustituir el egoísmo por la generosidad". Generosidad, una palabra que estos días Sánchez ha escuchado hasta la saciedad.

Al líder del PSOE se le acusa reiteradamente de que carece de sentido de Estado. Cuentan además las malas lenguas que él y el Rey no tienen especial feeling. Desde luego no como el que Felipe VI tenía con Alfredo Pérez Rubalcaba, a pesar de pertenecer a generaciones muy distintas. En cualquier caso, hay quienes ven en el Monarca el último cartucho.

Escribía al respecto la periodista de Casa Real de El Mundo, Carmen Remírez de Ganuza, este martes: "Por escaso que sea su margen de maniobra, y por desaparecido que esté estos días, lo cierto es que el Rey se encuentra por un tiempo en el centro de la vida pública española. Soy de los que creen que Felipe VI se trabaja el cargo a diario, y estoy segura de que está ejerciendo ya su papel arbitral en la trastienda de los pactos de Gobierno".