La jubilación anticipada de Rosa Díez destapa un fraude en UPyD
Después de más de tres décadas ocupando cargos públicos la exlíder del partido magenta se retira incumpliendo su discurso y beneficiándose de aquellos privilegios que un día denunció.
Rosa Díez durante un debate en el Congreso.
Rosa Díez no se aplica las recetas que UPyD propone para la ciudadanía, ni siquiera las que la formación magenta proponía cuando ella aún la presidía.
Después de más de tres décadas ocupando cargos públicos, media vida, la exdiputada ha solicitado al Gobierno vasco su jubilación anticipada como funcionaria a los 63 años, con la correspondiente pensión. De esta forma no tendrá que volver a su plaza en el departamento de Industria, en la que estaba en excedencia desde 1983.
La decisión de Díez de dar por terminada su vida laboral a los 63 años al haber cotizado más de 40 choca no obstante con la propuesta que la pasada legislatura hizo su partido de una "jubilación demorada", que así la bautizó. Consiste en que los españoles que lo deseen trabajen más allá del límite legal cobrando más, a modo de incentivo.
UPyD ha venido manteniendo en distintos debates parlamentarios que, en vista del aumento de la esperanza de vida y del envejecimiento de la población española, es necesario "acercar la edad real de jubilación con la edad legal" y "alargar la vida activa de forma voluntaria e incentivada", como así lo señalaba la formación en una nota de prensa fechada el 11 de abril de 2013, en el marco de la reforma de las pensiones impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy ese año.
Y como así, en esos mismos términos, lo defendía su portavoz de Economía en el Congreso, Álvaro Anchuelo, en una sesión celebrada por esas fechas:
Ni lo uno ni lo otro ha hecho Rosa Díez. Curiosamente, en diciembre de 2010 denunciaba públicamente el a su juicio injusto privilegio del que ahora ella se beneficia. Entonces se quejaba de que un parlamentario español pudiera jubilarse a partir de los 60 años si reúne los requisitos para la jubilación anticipada y ha cotizado 40 años -con la garantía de cobrar una cuantía equivalente a la pensión máxima, gracias al complemento que le pagan las Cortes-, pero el resto de trabajadores está sometido a reducciones por cada año que adelante la jubilación.