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El médico del Madrid Arena abochorna con una comparación odiosa

El doctor Viñals dio la nota en la primera sesión del juicio por la muerte de cinco chicas en un concierto organizado por Miguel Ángel Flores, que maneja el morbo político como defensa.

Flores tendrá que responder sobre la organización del evento.

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El inicio del juicio por los sucesos del Madrid Arena, que se cobró la vida de cinco jóvenes en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2012, volvió a traer un dejà vu a la sala de la Audiencia Provincial de Madrid cuando el doctor Simón Viñals, con 72 años en el momento del suceso y encargado de la enfermería de la fiesta, se encastilló en comparaciones odiosas.

El médico, que en la noche de autos estaba auxiliado por su hijo Carlos y un ATS de 81 años, pretendió comparar la escasez de medios y la sordidez de la enfermería con "un hospital de campaña" como los que se montan en catástrofes y atienden a los afectados.

La noche de autos el doctor Viñals estaba apoyado por su hijo y un ATS de 81 años

La comparación contrasta con los datos aportados por miembros del Samur que llegaron al lugar avisados por terceras personas y que se toparon con los cadáveres de tres de las muchachas tapados con mantas mientras Viñals, imperturbable, aseguraba que "me las han traído muertas".

El propio juez Eduardo López-Palops, que estuvo presente en el lugar durante la noche de autos, lo definió como un "cuchitril".

Aquellos efectivos del servicio de emergencias destacaron la pobreza de medios de una enfermería montada con toda la apariencia para salir del paso y cubrir el expediente. Poco que ver con un hospital de campaña. De ahí que tres años después planee la sombra de que con otros medios y otro personal tal vez se hubieran podido salvar vidas.

La táctica del calamar

Uno de los principales imputados, el promotor Miguel Ángel Flores, sigue siendo el hombre sobre el que están pendientes todas las miradas. Pese a estar señalado como el responsable de la organización del acto -y, por tanto, obligado a responder cómo de una entrada con un aforo de 7.000 personas se pasó a otra con 23.000-, Flores sabe que su condena tope será de cuatro años de cárcel y seis de inhabilitación.

Así lo explicó la Fiscalía, que apuntó al hecho de que no puede ir más allá en la petición de pena.

La táctica de Flores, desde el minuto uno, ha consistido en acusar al Ayuntamiento de haberle alquilado un pabellón en mal estado y en pedir cuentas a los concejales Pedro Calvo y Fátima Núñez como responsables políticos del Madrid Arena, uno, y de la Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento, otra.

Flores agita el espantajo del morbo de sus presuntas conexiones políticas

Sin embargo, Flores también tendrá que encarar otras cuestiones como la de la organización del acto y si el incremento de aforo produjo unos beneficios que fueron a parar a su empresa. También el presunto escondite de las urnas con las entradas.

Las presuntas conexiones políticas del empresario son precisamente otro de los puntos más morbosos del proceso.