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La asesina de Carrasco rompe a llorar y culpa a Rajoy de su desvarío

Montserrat González insistió en el acoso sexual a su hija Triana y se rompió cuando habló de posible suicidio pero hubo algo que precipitó su decisión fatal de tomar medidas drásticas.

La defensa sostiene la inocencia de Triana y de Raquel Gago.

La defensa sostiene la inocencia de Triana y de Raquel Gago.

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Había máxima expectación por ver a las tres acusadas del sanguinario asesinato a sangre fría de la ex presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco en la primera jornada del juicio y a pesar de que la sucesión de los hechos parece clara y hay pruebas, la principal acusada, Montserrat González, aún logró sorprender al jurado popular con su escalofriante testimonio, presa de las lágrimas, al igual que su hija Triana, que no prácticamente no paró de llorar en lo que declaraba. Ante su abogado, eso sí, porque se negó a hacerlo a preguntas del fiscal.

La asesina confesa de Carrasco aseguró que iba a seguir haciéndole la vida imposible a su hija por eso decidió matarla

González confesó en la Audiencia de León más concurrida de la historia que decidió acabar con la vida de Carrasco porque"¡Era ella o mi hija. Si no lo hacía era mi hija, preferí ella a mi hija. Ella iba a seguir haciéndole la vida imposible, por eso decidí matarla". Por si no hubiera suficiente morbo y personajes públicos implicados, la autora confesa de la muerte todavía salpicó a Mariano Rajoy este martes, alegando que tomó la decisión fatal después de una reunión de la cúpula del PP en Madrid en la que, dijo, se proponía designar como nuevo presidente del PP leonés a Javier García Prieto, pero finalmente "Rajoy no dejó". Fue en ese momento cuando dijo darse cuenta de que Carrasco iba a seguir con el acoso a su hija: "Vi que García Prieto ya no salía y decidí que la iba a matar. Si hubiera salido no estaríamos aquí".

Montserrat González confesó no estar arrepentida y dejó al margen a su hija Triana y a Raquel Gago

Montserrat confesó no estar arrepentida ("si dijera otra cosa mentiría) y dejó al margen a su hija Triana y a la amiga de ésta, Raquel Gago: "No tenían nada que ver, ellas no tenían ni idea. Lo hice ese día porque coincidió, perfectamente podría haberlo hecho otro día".

Fiel a la estrategia de la defensa, y en contra del criterio del fiscal y de la acusación particular (que insistieron una y otra vez que nada justifica el asesinato de nadie), gran parte del interrogatorio a Montserrat giró sobre el presunto acoso que Triana sufrió por parte de Carrasco, algo que según Montserrat comenzó cuando la víctima solicitó a su hija "mantener con ella relaciones sexuales". Como ella "se negó y salió corriendo" comenzó el acoso laboral, personal y económico. Hasta tal punto que la gente incluso se negaba a salir con Triana "no iban ni a tomar un vino con ella" por miedo a Isabel Carrasco. "Sentí miedo por ella, por si hacia algo", manifestó Montserrat rompiéndose presa del llanto cuando recordó los casos de varios conocidos suyos, uno que se había tirado por la ventana y otro que se había pegado un tiro. "No quería que a mi hija le pasara lo mismo", insistió.

González ligó su decisión fatal a la de Rajoy de no relevar a Carrasco.

González ligó su decisión fatal a la de Rajoy de no relevar a Carrasco.

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