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El concejal que abochornó a Carmena frenó a un fichaje de Botella

A Pedro Corral el equipo municipal le tocó la fibra de una de sus pasiones. Pero el hombre de moda del PP municipal atesora otros episodios como haber parado los pies a un fichaje de Botella

Corral ha dedicado libros al cierre de las heridas de la Guerra Civil

Publicado por
Miguel Blasco

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Pedro Corral se ha convertido en una de las revelaciones de la nueva legislatura municipal inaugurada el pasado verano. Pero la trayectoria del concejal de moda en el Grupo Municipal Popular del Ayuntamiento de Madrid no es la de un novel sino la de todo un veterano al que las andanzas de la memoria histórica de Manuela Carmena y sus muchachos le tocaron la fibra sensible.

Porque Corral es un profundo conocedor de la Guerra Civil, a la que se asomó al descubrir un bestseller de los años sesenta, España en llamas, del periodista Bernardo Gil Mugarza. Un grueso volumen en el que se recopilan centenares de imágenes del conflicto civil y que fue un éxito de ventas de la editorial Acervo.

Desde entonces, Corral ha ido profundizando en esa afición hasta el punto de no desmerecer la etiqueta de especialista y siendo autor de varios libros al respecto. Por eso, sin prisa pero sin pausa, hizo acopio de datos y puso en evidencia el sectarismo y la chapucería del equipo municipal de Ahora Madrid.

Precisamente una de sus iniciativas consistió en reunir a veteranos de ambos bandos que tomaron parte en la batalla de Belchite como ejemplo de superación de las heridas de la Guerra Civil.

El concejal del PP es un viejo conocido de la política municipal, a donde llegó tras varios años como periodista especializado en cuestiones culturales en el diario ABC. Pero antes de aterrizar en las cuestiones madrileñas se incorporó al equipo de José María Aznar en La Moncloa durante la segunda legislatura de su gobierno.

Tras pasar por el Congreso como asesor de los populares, fue fichado por la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre. Allí estuvo hasta que entró como concejal en 2012 y se ocupó de varios distritos.

Sin embargo, su gran paso por la política municipal tuvo lugar en 2013. Entonces Corral sustituyó, por cuestiones legales, a Fernando Villalonga, el hombre de la pajarita, como delegado de Artes, Deportes y Cultura.

Villalonga no podía ocupar el puesto por sentencia judicial que estipulaba que era imposible ser delegado si no se tenía acta de concejal electo.

Ahí fue donde Corral demostró estar muy por encima del gobierno de mesa camilla de Ana Botella. En ese cargo le paró los pies a Villalonga, que desde su refugio en Madrid Destino intentó seguir mandando en la Delegación.

El enfrentamiento con Villalonga y su mano derecha, Timothy Chapman, que intentaban mangonear los asuntos culturales madrileños, fue uno de los cuchicheos habituales en el Consistorio madrileño.

Aunque ya era tarde para enderezar los entuertos creados por su antecesor y la alcaldesa, Corral hizo lo que estuvo en su mano para poner orden en el desaguisado. Y a diferencia de otros no dio la espantada cuando las cosas vinieron mal dadas. Todo lo contrario.

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