Para pocas fiestas: el plantón de Felipe y Letizia escuece en los Goya
No está el patio como para grandes celebraciones y los Reyes han optado por la discreción en una semana crucial. No todos han compartido su misma opinión mientras Cristina vuelve a la carga.
Los Reyes no están para fiestas, ni siquiera para la cine, con lo que a ellos les gusta escaparse de vez en cuando a ver alguna película en versión original por el centro de Madrid como unos cinéfilos más. A pesar de lo esperada que era su presencia este año, con motivo del 30 aniversario de los Premios, Felipe VI y Letizia finalmente han declinado la invitación de la Academia de Cine y no acudirán a la Gala que se celebra este sábado 6 de febrero en el Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid.
No está el patio para celebraciones con la gobernabilidad más complicada de la historia de la democracia española salpicando directamente al Rey y con su hermana Cristina de Borbón en el banquillo de los acusados clamando contra la Justicia y denunciando vulneraciones de la Constitución.
Cabe recordar que Felipe de Borbón ya acudió en el año 2000 a la Gala de la 14 edición de los Goya, en una velada que coincidió con su 32 cumpleaños y en la que el director Pedro Almodóvar le cantó el Cumpleaños feliz, cual Marilyn Monroe, tras recoger el premio a la Mejor dirección por Todo sobre mi madre. Da la casualidad de que en ese momento, el entonces Príncipe Felipe estaba sentado al lado del entonces ministro de Educación y Cultura Mariano Rajoy, que este año, como presidente del Gobierno en funciones, tampoco acudirá a la Gala.
Sí lo harán por el contrario la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; el presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López; el ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo. Más ha llamado la atención que hayan confirmado su presencia los secretarios generales del PSOE, Pedro Sánchez; Podemos, Pablo Iglesias y Ciudadanos, Albert Rivera, después de la intensa semana de contactos con el Rey que tiene al país en vilo. El Monarca y su esposa han optado por la discreción en un momento tan decisivo algo que no han parecido compartir los protagonistas de la nueva política, que ya hicieron de la campaña electoral un festival mediático.
No es habitual que los Reyes acudan a los Goya y Don Juan Carlos y Doña Sofía sólo lo hicieron en la primera edición de los Goya, en 1987, cuando el premio a la Mejor película, Mejor dirección y Mejor guion fue para El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán-Gómez. Pero la nueva política de cercanía de la Corona en manos de Felipe y Letizia y el 30 aniversario de los Premios hicieron albergar la esperanza de que este año sí tocaría. Sin embargo, el Rey ha preferido mantenerse en un discreto segundo plano en un momento muy delicado para la Institución.
Cristina vuelve a poner a su hermano entre la espada y la pared
Sin ir más lejos, este mismo miércoles su hermana la Infanta Cristina volvía a dejarle en una incómoda posición al cuestionar a la Justicia presentando un escrito de protesta en el que denuncia la vulneración del artículo 24 de la Constitución, que establece que todas las personas tienen derecho a obtener tutela judicial efectiva y a un proceso con todas las garantías sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.
Así lo pone de manifiesto en un escrito de dos páginas, después de que el pasado viernes el tribunal encargado de juzgar el caso Nóos rechazase aplicar la doctrina Botín sobre la hermana del Rey y, por tanto, acordase que continúe siendo juzgada como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales. La defensa de la Infanta pide que la protesta sea tenida en cuenta de cara a la posible interposición de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo en el marco de esta causa.
Los abogados Miquel Roca y Jesús-María Silva responden de este modo a la decisión adoptada por la Audiencia Provincial de Baleares, que en un auto de 85 páginas cuestiona de forma tajante la tesis mantenida por el Tribunal Supremo sobre la doctrina Botín y subraya que ésta "no halla sustento en la norma procesal penal vigente ni puede ampararse en la voluntad del legislador" dirigida a garantizar que toda persona pueda ser parte en un proceso judicial.