Sabina se baja de la ceja con un Sí a la guerra y a golpes con Podemos
El cantante continúa en conflicto abierto con los líderes del partido morado pese a los intentos de Jordi Évole por fumar la pipa de la paz. Y es que el artista sigue yendo a lo suyo.
Joaquín Sabina sigue sin ver a Pablo Iglesias y al resto de dirigentes de Podemos. Pese a los intentos de Jordi Évole por crear distensión entre el cantante y la cúpula morada, el de Úbeda continúa teniendo escaso fervor por los líderes de Podemos.
"Le tengo mucho respeto y me gustan mucho los votantes de Podemos; lo que no me gusta tanto son los dirigentes", proclamaba días atrás en una entrevista publicada en XL Semanal.
La polémica entre Sabina y los responsables de Podemos tuvo lugar cuando el cantante les pidió que abandonaran el "marxismo del siglo XIX" y entraran en el siglo XXI. A Juan Carlos Monedero no le sentó nada bien y envió al artista a que hiciera "lo que sabe hacer" porque "su cultura artística no está a la altura de su comportamiento político".
Évole empleó un Salvados de La Sexta para que Sabina mantuviese una conversación con Iglesias. Aunque discurrió en tono cordial, todo parece indicar que Sabina sigue sin estar convencido. Ya meses atrás pidió a la formación que cortara de raíz todos los vínculos con Nicolás Maduro.
De promoción
Sabina, que estos días promociona Garagatos -una obra sobre sus dibujos en dos libros y un desplegable de tres metros que vienen en un cofre de madera que reproduce la puerta de su habitación valorada en 2.100 euros-, también se ha bajado del carro de la ceja de José Luis Rodríguez Zapatero.
Pese a reconocer que hizo campaña por él en la famosa Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ), también deja claro que no votó por él.
Lo más curioso es que, frente al clamor de algunos artistas y los intentos de resucitar el No a la guerra tras los atentados de París, Sabina se decanta por el bando belicista: "La Segunda Guerra Mundial había que hacerla contra Hitler. Justificaría ahora una guerra contra el ISIS".