Garzón se luce con su primer disparate como "ministro" de Economía
El líder de IU, que aspira a suceder a Luis de Guindos en un Gobierno con el PSOE y Podemos, tiene unos referentes económicos cuanto menos controvertidos para un país en recuperación.
Grecia vive este jueves su primera huelga general de 2016 con un país en pie de guerra contra la reforma del sistema de la Seguridad Social propuesta por Alexis Tsipras para satisfacer a Bruselas. Que incluye un nuevo recorte de algunas pensiones (el décimo segundo) y un aumento de las cotizaciones de los trabajadores.
Así pues, menudo día ha elegido Alberto Garzón para poner al país heleno y a Portugal como ejemplo de por dónde debe caminar España en el futuro, guiada por lo que la izquierda ha venido en llamar "gobierno de progreso".
Y no lo dice un cualquiera, sino el ministro de Economía y Hacienda del hipotético Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, según el Consejo de Ministros publicado en Twitter por Podemos Zaragoza.
En una entrevista en Telecinco el también líder de Izquierda Unida ha hecho unas declaraciones que seguramente habrán puesto los pelos de punta al Partido Popular, a los empresarios y a muchos españoles. Él que aspira a ser el sucesor, o más bien el enmendador de Luis de Guindos.
"En esa hipótesis futurible de que la Unión Europea exigiera más recortes haría falta un gobierno de resistencia, y creo que podría estar en consonancia con la posición ahora mismo concreta que tienen Portugal o Grecia. Es decir, gobiernos en el sur de Europa que digan de una vez por todas que ese camino suicida que empezó hace seis o siete años no nos ha llevado nada más que a mayor desigualdad, mayor pobreza, mayor desempleo y que por lo tanto hay que resistir", según Garzón.
En Grecia Tsipras ha tenido que inclinarse ante la Comisión Europea, a pesar de que venía a cambiar las cosas. Pero ¿y en Portugal, el otro referente de Garzón? Hace sólo unas horas se ha conocido el acuerdo entre la UE y el país luso para aprobar los presupuestos de este año. Estos incluyen una reducción del déficit estructural a través de la subida de impuestos indirectos, como el de la circulación y el de los carburantes.
Uno de los columnistas más afamados de Portugal, Joao Miguel Tavares, ironizaba: "La izquierda portuguesa es capitalista para pedir dinero, pero comunista a la hora de devolverlo".
Según Garzón, no es que el PSOE sea el mejor compañero de viaje posible, pero más vale pájaro en mano que dejar que siga gobernando el PP: "Si se mejora la vida de la gente, aunque sea un poquito, hay que cogerlo".