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Carmena se esconde detrás de un folleto y abochorna a Iglesias y Colau

La comparecencia de la alcaldesa volvió a ser sorprendente. Si por un lado pidió perdón y deploró el espectáculo de los titiriteros, por el otro se extrañó del rigor de su situación.

Carmena no cierra la puerta a una dimisión de Mayer.

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Manuela Carmena sólo tiene claro que no tiene nada claro. La rueda de prensa ofrecida por la alcaldesa de Madrid ante la polémica de los titiriteros dejó traslucir el mal que aqueja al Consistorio madrileño: la sensación permanente de una descoordinación absoluta donde cada área trabaja a lo suyo.

Carmena manifestó su “pesar” por “haber enturbiado unas fiestas de Carnaval con un lamentabilísimo episodio cuando lo demás ha salido muy bien”. El único problema es que “lo demás” se ha visto totalmente empañado por el asunto.

“Era un espectáculo inaceptable, violento, deleznable”, reconoció la alcaldesa, acompañada por la teniente de alcalde, Marta Higueras, y el concejal de Seguridad, Javier Barbero, bajo la atenta mirada de Luis Cueto y de asesores como Sarah Bienzobas, miembro del círculo de confianza de Pablo Iglesias.

Una comparecencia chirriante

Si la alcaldesa prometió una “profunda investigación” para dilucidar responsabilidades por un “error muy grave”, lo cierto es que algo chirrió en toda la cuestión y en la comparecencia. Como una sensación de sí pero no.

Para empezar, Carmena reconoció que el espectáculo de los titiriteros fue el único que no se analizó. Agitando un folleto con la programación de los Carnavales, Carmena reconoció que en el mismo se apuntaba que la función era para todos los públicos.

El problema es que, como se ha descubierto, alguien sí era consciente de que esa actuación -discutible para mayores y disculpable por la alcaldesa aunque a ella le parezca “aburrido”- no era adecuada para menores y se encargó de indicarlo una hora antes en el Facebook oficial dedicado a los Carnavales. “No sabemos quién puso ese dato en Facebook”, aseguró Carmena.

La alcaldesa no puso la mano en el fuego por la delegada de Cultura, Celia Mayer. Ni cerró ni abrió la puerta de una posible dimisión. E incluso apuntó una investigación para ver la implicación de la Junta Municipal de Tetuán. Pero al mismo tiempo resaltó la excesiva crítica que se sigue con el Ayuntamiento y apuntó que le parecía un “rigor excesivo” la prisión sin fianza para los titiriteros porque “no es habitual en este tipo de procedimientos”.

Aun así, mostró la disposición del Consistorio a colaborar con el Ministerio fiscal.

Marcando terreno

Sin embargo, fueron mucho más elocuentes los mutismos de la alcaldesa respecto a otras cuestiones de índole interna. Preguntada sobre el apoyo de Pablo Iglesias o Ada Colau a los titiriteros, Carmena prefirió no valorar las actitudes del secretario general de Podemos o de la alcaldesa de Barcelona. Tan sólo apuntó a cierto disgusto en el mundo de la cultura aludiendo al carácter “satírico” del Carnaval.

El problema es que esa valoración también se ha producido entre miembros de su equipo de gobierno y de la lista de Ahora Madrid. “Hay sintonías variadas”, fue la explicación de Carmena, que aprovechó para marcar terreno: “La posición última del Ayuntamiento es la que yo os digo. Este Ayuntamiento no recibe indicaciones de partido ninguno”. El Ayuntamiento, tal vez; algunos miembros del equipo municipal, no está tan claro.

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