La escurridiza Aguirre desespera a Podemos y C´s con su socarronería
Tanto Ramón Espinar como César Zafra intentaron derrumbar el "muro" de la presidenta del PP de Madrid para arrancarle una confesión que no se produjo durante su comparecencia en la Asamblea
"Viene aquí con la actitud de Dorothy en el Mago de Oz, pero la película es Gomorra". Así resumió el diputado de Podemos Ramón Espinar la frustración que le provocó no conseguir lo que quería de Esperanza Aguirre: una confesión, un mea culpa, un golpe en el pecho. Algo.
La presidenta del PP de Madrid compareció este viernes en la comisión de investigación sobre corrupción en la Asamblea de Madrid horas después de que la Guardia Civil entrara en el despacho del exgerente de la formación, Beltrán Gutiérrez, en el marco de la operación Púnica.
Pero ni ello ni la actitud de Espinar y del portavoz de Ciudadanos, César Zafra, intimidaron a Aguirre, que se mantuvo en sus trece: "No ha habido ninguna financiación ilegal que a mí me conste -ojo al matiz- en el PP de Madrid", reiteró. "Yo no he obtenido ningún beneficio económico ni material de los años que he estado en política".
Mira que intentaron los dos derrumbar el muro de una Aguirre más socarrona y escurridiza que nunca. "Usted viene aquí a contarnos que se enorgullece de haber destapado Gürtel", le recriminó Zafra. "¿Cómo es posible, tratándose de sus polluelos -en alusión a Francisco Granados, Ignacio González, Alberto López Viejo...-, que no se haya dado cuenta de lo que estaba pasando?", le preguntó poco después incrédulo el portavoz de Ciudadanos.
"Alguna responsabilidad política tendrá usted", añadió Espinar, que le acusó de contribuir a la "berlusconización" de la política española e incluso tiró de ironía para intentar poner en un brete a una Aguirre con demasiadas tablas. "En realidad la hemos traído aquí en calidad de experta, porque tiene algunos atributos detectivescos. Usted fue quien destapó la trama Gürtel", sostuvo el portavoz de Podemos.
Pero Aguirre se mantuvo impertérrita. Todo lo más que reconoció fue que, después de haber nombrado a más de 500 altos cargos en su vida política, dos le han salido "rana", refiriéndose a Granados y López Viejo.
Es más. La lideresa se permitió hacer un breve alegato en favor de la agilización de los tiempos en Justicia, y hasta invitó a Podemos y Ciudadanos a sumarse a ella en esto. "Algo tenemos que hacer para que la Justicia tenga mayor celeridad", señaló, y puso como ejemplo el caso Gürtel, que siete años después de su estallido aún no ha llegado a la fase del juicio oral (comenzará en octubre).
Y terminó reconociendo que, "demasiado interesada" en que se cumplieran sus compromisos electorales, tal vez se volvió "confiada" con quien estaba a su alrededor.