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Las acusaciones internas obligan al "marianismo" a dar la cara por Rajoy

Díme lo que niegas y te diré dónde tienes el incendio. El entorno del presidente popular sale a apagar incendios dentro del partido. El problema es que se multiplican los chispazos internos.

El marianismo se defiende ante las críticas internas

Publicado por
M. Blasco

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El marianismo mueve ficha para aplacar las críticas internas. "Mariano ni se mueve ni se toca", parece ser el máximo argumento que en los últimos días han comenzado a agitar sus fieles ante las primeras palabras -de momento pronunciadas de forma muy discreta- que señalan al líder del PP como responsable de la tormenta perfecta que vive estos días la familia popular.

El propio presidente del PP reconoció días atrás que existían críticas dentro de sus propias filas aunque nadie se las había trasladado de manera directa. En concreto, algunos apuntaban a Rajoy como responsable de una pésima gestión de los casos de presunta corrupción y de no haber hilado fino para atraerse a Ciudadanos de cara a garantizar la formación de un Gobierno. Y en ese campo se incluyen también hasta los que reniegan de que Rajoy, que se ha convertido en un lastre para alcanzar cualquier tipo de acuerdo, no haya dado un paso atrás.

La indignación va por dentro y sólo se escucha en petit comité pero es una realidad. Por si su existencia no fuera una realidad, los pasos dados por los fieles a Rajoy han confirmado la existencia de que algo se mueve en los ríos subterráneos del PP. Tanta defensa del líder sólo puede deberse a una situación en la que éste es discutido.

Como ya señaló ESdiario, el propio Rajoy se ha interesado dentro de su círculo de confianza por la posibilidad de una retirada. Por el momento, un mero tanteo. La cuestión está en saber qué sucedería si las investiduras no diesen frutos y hubiera que ir a unas nuevas elecciones. Rajoy ha expresado, en principio, su intención de concurrir a unos nuevos comicios. Pero hay voces -más bien susurros- que consideran al líder del PP quemado frente a un electorado al que no garantiza la menor ilusión.

Tantas como las que apuntan nombres en las apuestas como sustitutos aunque nadie se haya postulado: Soraya Sáenz de Santamaría, Alfonso Alonso, Cristina Cifuentes, Alberto Núñez Feijóo, Pablo Casado... Por ahora, meras quinielas, ya que nadie está dispuesto a enseñar sus cartas mientras que Rajoy, hoy por hoy, siga al frente.

El diagnóstico de las voces críticas del PP también apunta hacia otras cuestiones. Una, el rejuvenecimiento de la vida política española a través de la incorporación de nuevas generaciones que aprecian a Rajoy y a gran parte de los dirigentes del PP como dinosaurios. "Es más una cuestión de actitud que de biografía", apuntan señalando el caso de Cifuentes, que pese a compartir identidad generacional no es contemplada con esa imagen.

Otro punto de discrepancia es el encastillamiento de gentes del entorno de Rajoy que temen perder su posición en caso de cambio de fichas y que han contribuido a generar ciertas tensiones con el aparato del partido, donde su posición es muy débil.