Kichi, el buen samaritano, echa del pleno a un hombre roto que pedía trabajo
Atrás quedaron los tiempos en que los círculos de Podemos jaleaban a la vendedora ambulante que reventaba los plenos de Teofila Martínez pidiendo trabajo y dignidad para sus hijos.
Cuando la vendedora Inmacula Michinina se dedicaba a irrumpir en los plenos del Ayuntamiento de Cádiz en el tiempo en que Teófila Martínez era la alcaldesa, a los sectores de Podemos les parecía muy legítimo arremeter contra la edil popular por no hacer caso a las súplicas y peticiones de una persona que lo estaba pasando muy mal por la gestión política. A lo largo de 2014 las bases del partido morado se movilizaron antes de las elecciones para dar voz al pueblo que clamaba contra su alcaldesa y qué mejor manera que a través de ejemplos concretos como el de la mediática vendedora, que puso a los gaditanos en pie de guerra mientras reventaba presa de las lágrimas los plenos de Martínez con el altavoz de los ámbitos podemitas.
La vendedora ambulante indignada que pedía una licencia para vender sus manualidades y dar de comer a sus hijos arrasó en las redes sociales arremetiendo contra los políticos y pidiendo que le dejasen tener dignidad. Su desgarradora intervención fue muy celebrada por los círculos cercanos a la formación de Pablo Iglesias.
Mucho han cambiado los tiempos desde entonces, la propia Michinina comenzó posteriormente a remar a favor de Podemos, antes de posar desnuda para una conocida revista y comenzar a renegar del partido morado acusando a José María González Kichi de tener un grupo de asesores bien pagados y de tener un gobierno ineficaz. Los tiempos han cambiado tanto, que ahora Podemos ya no carga contra el alcalde que echa del Ayuntamiento a un ciudadano que se arrodilla delante de él pidiendo trabajo y le espeta que no puede entrar así como así interrumpiendo el pleno en un vídeo que ya corre como la espuma por las redes sociales por aquello del refranero popular: consejos vendo que para mi no tengo.
Lejos de jalear como hacía antaño al pobre ciudadano desesperado que pedía trabajo, Kichi llama a la policía para que se encarguen de expulsarle. El hombre se dirigió al alcalde morado preguntándole si le recordaba y diciéndole que "vine en el mes de julio a pedir un puesto de trabajo y no me hiciste ni caso”. El alcalde de las promesas se limitó a señalarle que no podía interrumpir el pleno mientras los agentes se lo llevaban de allí. Cómo han cambiado las cosas.