El "corte de manga" de Colau a sus vecinos por culpa de Juan Carlos I
Aquello de la democracia participativa que aireaba la alcaldesa de Barcelona se termina justo cuando los que "participan" no opinan como desea. Cuando eso ocurre ella pasa de los vecinos.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
El empeño de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de cambiar el nombre a la plaza de Juan Carlos I, que se encuentra en las confluencias del Paseo de Gracia y la avenida Diagonal, se ha topado de lleno con la oposición vecinal. Colau, que ha abanderado su forma de gobierno en la llamada "democracia participativa", ha culminado ya todos los trámites municipales pertinentes para realizar ese cambio de nomenclatura sin escuchar la rotunda negativa de vecinos y comerciantes de la zona. La Asociación de Amigos del Paseo de Gràcia ya denunció que ni los vecinos ni la propia organización han sido consultados por el Ayuntamiento sobre la decisión de cambiar el nombre de la Plaza Joan Carles I por el de Plaza Cinc d'Oros.
Esta asociación, que representa a vecinos, comerciantes, hoteleros y restauradores de la zona, ha señalado que no han sido consultados "y tampoco tenemos conocimiento de que lo hayan sido los vecinos directamente", un hecho que ha considerado que "pone en entredicho la política de participación ciudadana que el Ayuntamiento tanto defiende". Además, la Asociación de Amigos del Paseo de Gràcia ha destacado que los cambios en el nomenclátor de las calles "causan gastos y molestias", por lo que ha considerado que "solo se tiene que hacer cuando existan circunstancias excepcionales que lo justifiquen, y pensamos que éste no es el caso".
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Y ha recordado que el nombre actual de la plaza se aprobó por mayoría absoluta durante la alcaldía del socialista Narcís Serra, quien ocupó el cargo entre 1979 y 1982."Pensamos que la figura de Juan Carlos I merece un reconocimiento en el nomenclátor de la ciudad, entre otras razones por su papel en la transición democrática en España", ha explicado la asociación, que ha considerado que "si finalmente se decide llevar a cabo de todos modos este cambio, se tendría que buscar un espacio en la ciudad de igual importancia que llevara su nombre".
Unas críticas vecinales que también se han extendido muy rápidamente por las redes sociales. Así, el conocido site catalán Dolça Catalunya critica este sábado, con motivo de la actitud de la alcaldesa de Barcelona que "la democracia no consiste en saltarse la ley, sino en que todos -incluso los gobernantes- se sometan a ella. La democracia no consiste en votarlo todo, sino en que los políticos procuren en todo el bien común. Y la democracia no consiste en cambiar el pasado de todos a gusto de pocos, sino en que los pocos no utilicen a su gusto el presente para cambiarnos a todos el futuro. Cuando la democracia hace esto, se llama democracia popular y parece que a los que vivían tras el Telón de Acero no les gustó mucho".
Y concluye irónicamente este conocido blog catalán: Tranquils, amics. Mientras 321.000 catalanes tienen problemas para comer y el 30% de los menores viven en riesgo de pobreza, con esta extraordinaria medida y la exclusiva playa para perros, n’Ada está resolviendo los problemas reales de la gente.