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La "guerra de las cloacas" alumbra una sospechosa filtración para dañar a Rajoy

El "descontrol" en los pasillos más oscuros de la Policía ha desatado una oscura operación que parece destinada a torpedear al PP en el momento electoral más decisivo.

Rajoy y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz

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¿Vale todo en la política española? Guerra cruenta entre comisarios veteranos que sortean la estructura jerárquica del cuerpo, una cúpula policial descabezada por la jubilación de su máximo responsable, informes sin firma, tráfico de dossiers, agencias de detectives grabando almuerzos de políticos... Y, por si fuera poco, oscuros "organismos de inteligencia" financiados por la Generalitat en su desvarío independentista.

La conocida como "cloaca" llevaba hirviendo, en palabras de un veterano policía experto en inteligencia, muchos meses y ahora explota para salpicar al propio ministro del Interior y, por elevación, al presidente en funciones, Mariano Rajoy. "Una repugnante situación", según denunció este miércoles el propio Fernández Díaz. "Yo soy la víctima de este atropello", enfatizó, al asegurar que las partes de la conversación publicadas son "las que interesaban y convenían, fuera de contexto.

La filtración este miércoles a Público.es de una conversación de 2014 entre Fernández Díaz y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, el magistrado Daniel de Alfonso, -grabada supuestamente en el despacho del propio ministro- es el último escándalo que salpica al Ministerio del Interior. “Si él (Fernández Díaz) tiene grietas en las estructuras. Si a él le ponen trampas su propio equipo, Policía, Guardia Civil…, no lo sé, no puedo acusar a nadie”, ha dicho de Alfonso insinuando que los responsables de la filtración están en Madrid.

La jubilación del Director Adjunto Operativo, Eugenio Pino, el número dos del Cuerpo tras su director general, Ignacio Cosidó, ha dejado "sin control" a la Dirección General de la Policía, según reconocen a ESdiario fuentes de los sindicatos policiales, que hacen hincapié en el hecho de que la conversación fuera interceptada en el propio despacho del ministro, peinado habitualmente por los expertos de la Policía y con extremas medidas de seguridad.

Veteranos comisarios llevan tiempo denunciando los comportamientos irregulares en el seno de algunas unidades. Objeto de muchas críticas esta siendo la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) a la que se acusa desde algunos sectores de la propia Policía de actuar en algunos casos sin control judicial y de remitir informes sobre políticos, empresarios y periodistas, todos sin firma, y en la mayoría de los casos calumniosos. Dossieres que circulan desconsoladamente por los despachos de políticos de toda condición.

En los últimos meses se han producido algunos hechos de extrema gravedad. El comisario jefe del Aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca, fue relacionado con la presunta trama mafiosa china liderada por Gao Ping, imputado por la Audiencia Nacional.

El comisario jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín de Blas, fue cesado tras un agrio enfrentamiento -filtraciones incluidas- con el polémico comisario José Villarejo, un veterano policía que ha campado a sus anchas por la cúpula policial pese a no tener destino propio. Villarejo, enfrentado también con el Centro Nacional de Inteligencia, ha protagonizado recientemente dos escándalos: sus manejos en el caso del "pequeño Nicolás" -por el que ha sido imputado este mismo miércoles- y la grabación ilegal al ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Villarejo organizó una cita con Gónzalez acompañado de otro comisario polémico, Enrique García Castaño.

Polémico relevo del "número dos"

Conocedores de la situación de descontrol, en los últimos días el propio ministro había dado instrucciones al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, para que facilitara la cobertura de la vacante dejada por DAO. Uno de los favoritos que cumple los requisitos para optar al cargo es el comisario José Luis Olivera, responsable de la Unidad de Inteligencia Policial.

La elección de Olivera ha provocado notable malestar en un sector de sus compañeros. Se le atribuye un papel determinante en la investigación de la UDEF en el caso Gurtel en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba y durante el gobierno de Zapatero. Su anterior proximidad al PSOE ha virado es considerado ahora hombre de confianza de la cúpula política de la Policía.

No obstante, según fuentes policiales, el Gobierno habría paralizado este relevo dada la coyuntura política. Se entiende que el máximo responsable policial deberá ser un hombre de estricta confianza del nuevo ministro del Interior y del que sea designado director general de la Policía.